El rey no es mago

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Han terminado las fiestas. Plásticos, escayolas policromadas y purpurinas volverán al claustro acartonado que les dará cobijo hasta el próximo año. Pastores, lavanderas, herreros y panaderos acudirán a registrarse en la oficina de empleo más próxima. Posada, molino, portal y castillo se convertirán en activos tóxicos hasta la siguiente burbuja navideña. Árbol, bolas, lucecillas y oropeles retomarán su empaquetado destino. En 2014 sólo quedará a mano la estrella de oriente.

Cuenta la leyenda que una estrella marcó el destino de tres reyes y activó el nervio del futuro al rey de Judea. La estrella colocada en el belén en 2013 continúa emitiendo señales en 2014 que sólo ven los reyes y les alteran el nervio sucesorio. Casualidad o no, la residencia oficial de los reyes de España es el Palacio Real, también conocido como Palacio de Oriente, donde reverberó la luz por última vez, como una señal, cuando albergó la capilla ardiente de Franco.

Brilla la estrella de oriente señalando un juzgado como lugar donde la realeza adquirirá su humana dimensión para responder de sus humanos delitos. Herodes sintió la amenaza de alguien llamado rey por el pueblo y ordenó matar, con ayuda romana, a todos los inocentes que encajaban en el retrato robot de la amenaza. Juan Carlos I siente a su espalda la amenaza del fin de su reinado, pero no ha de preocuparse porque quien le dio el trono sembró fosas y cunetas con los españoles cuerpos de quienes encajaban en un perfil republicano.

El Partido Popular, heredero de la labor de protección del rey, se aplica con denuedo y tesón en mantener mudas fosas, cunetas y ciudadanía. El retrato robot de la alternativa a la monarquía lo han esbozado con contestatario aspecto de médico, maestro, jubilado, mujer, operario o estudiante, y etiqueta radical, violenta, extremista, comunista o republicana, etarra en una palabra. Los medios de comunicación afines intentan encastrar en el retrato robot a los propios jueces que imputan a la realeza.

El rey Juan Carlos no es mago y pasea su desnudez a la decrépita luz de la estrella sobre su apagado reino. Se le ve y se le oye angustiado porque es sólo el reflejo real de la angustia que convive en los hogares plebeyos. La miseria de la mayoría es producto del enriquecimiento ilícito, inmoral y estafador de una aristocracia adinerada, en la que se incluye a la familia real, que ha confundido la estrella de oriente con el fulgor de miles de millones de doradas monedas.

La estrella de oriente atrae los ojos de una ciudadanía que espera impaciente su apagón definitivo como un signo mágico de que no hay reyes a los que indicar un camino y de que la caída del nuevo imperio eurorromano devolverá al César lo que es del César, a Dios lo que es de Dios y al Pueblo lo que es del Pueblo. Tiene trabajo la estrella para, en 2014, guiar a España al siglo XXI. Hay miles de diputados, senadores, alcaldes y concejales a los que espera un infinito cajón donde recluirse para dar paso a un belén renovado, moderno y democrático. Recoger el antiguo, comenzando por las figuras de los reyes, produce ilusión.

Será posible el belén del siglo XXI cuando se haya empaquetado la última pieza del vetusto plantel de figurantes que componen el misterio español hoy día. Cambiar el belén producirá beneficios sentimentales y materiales a la ciudadanía. La mafia de la gaviota, la familia de la rosa, el clan de los coronados, la banda del incensario, la cuadrilla de los cajeros y la partida de accionistas han de ser renovados totalmente. España no necesita abdicaciones, sino la abolición de estas castas de figurantes que la expolian continuamente.

8 comentarios el “El rey no es mago

  1. Juan dice:

    Mas que la imputación o la abdicación, interesa la abdicación.

    Imputación, abdicación y abolición

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  2. Past dice:

    La familia real rebosa transparencia y buen ejemplo. La prueba está en que la infanta Cristina lo que quiere es «que se haga justicia» -Roca Junyent dixit-

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  3. Blas Serés dice:

    «La mafia de la gaviota, la familia de la rosa, el clan de los coronados, la banda del incensario, la cuadrilla del los cajeros y la pandilla de los accionistas…», no es mal epílogo, algunos mas podrían caber, mas que una renovación una mudanza, abolición de las castas ventajistas y corruptas, para dar paso a un verdadero proceso constituyente que devuelva la dignidad al país.
    Saludos, Esparbé.

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    • Verbarte dice:

      Lo peor es que el proceso constituyente estará plagado de figuritas del viejo belén que se resistirán a ser empaquetadas y perder un sitio que sienten como propiedad privada suya.

      Salud

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