Leamos la letra pequeña

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Vivimos en un país lleno de pequeñas letras que conforman el diccionario cotidiano de dolores y desconsuelos hogareños. La letra grande, mayúscula o versalitas, se reserva para la mentira y la manipulación. España, donde el libro de Belén Esteban ocupa el primer puesto de los más vendidos, no está preparada para hacer una lectura comprensiva de la realidad ni, mucho menos, de la letra pequeña por la que ésta se hace acompañar.

Que la Comisión Europea tenga que interpretar las cláusulas hipotecarias o las preferentes para decirle al gobierno que son ilegales, es una vergüenza además de un delito institucionalizado. Que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos tenga que interpretar el código penal español para declarar que la doctrina Parot es ilegal, es otra vergüenza. Todo ello en un país con 139.000 letrados, diez por kilómetro cuadrado, y que tiene en Lucena (42.000 habitantes) más de 6.000 abogados colegiados.

La letra pequeña de España no es un problema de comprensión lectora del pueblo, sino de escritura torticera consentida por el poder con la complicidad de quienes están capacitados para interpretarla de oficio y no lo hacen. Por si no fuese suficiente para la ciudadanía de a pie asumir todas las letras pequeñas habidas y por haber, Gallardón ha impuesto un disuasorio precio a los intérpretes legales. A los españoles no les basta con saber leer si no pueden pagar una toga.

Hay que defenderse de escritores de letra cuerpo 5, adictos a asteriscos, paréntesis y notas a pie de página. El anuncio de un coche ofrece un precio con mayúsculas a un tercio de pantalla mientras, a velocidad endiablada, corre a pie de pantalla el sobreprecio en letra pequeña. La pantalla azul que aconseja leer las instrucciones de los medicamentos y consultar al famacéutico exime a la industria de posibles desastres si no sabes qué es el sorbitol y desconoces si padeces una probable intolerancia hereditaria a la fructosa. Y, en estas fechas, los juguetes se venden por separado y la infancia comprende perfectamente lo que es una simulación ficticia. Pecata minuta.

Habituada al goteo incesante de timos, fraudes, engaños y sisas, la ciudadanía parece inmune a las estafas a gran escala. Contribuye a ello el gobierno al aseverar con mayúsculas que España no ha sido rescatada o que la sanidad y la educación son universales y gratuitas. En letra pequeña viene recogido que el rescate de la banca lo pagaremos todos los españoles de nuestro bolsillo y, en letra normal, que la juventud ha perdido las becas o que repagamos al boticario los medicamentos.

Después de dejar en el paro a media España, Fátima Báñez y Luis De Guindos anuncian en mayúsculas que se está creando empleo. La letra pequeña de la precariedad y la temporalidad inunda las nóminas y el total a pagar es casi ilegible. Conviene recordar, una vez más, que los más grandes generadores de empleo de la historia fueron los faraones egipcios y los propietarios de los campos de algodón de Luisiana. Hoy, China y la India son ejemplos actualizados de aquéllos. Como ellos, el gobierno del PP ha puesto las bases para el pleno empleo.

Rajoy presenta 2014 como un buen año, el año de la recuperación según él. No se trata de que vayamos a recuperar lo que nos han quitado para siempre, porque nuestros hijos y nietos estudiarán si hay dinero, sanaremos si hay dinero, tendremos vivienda o calefacción si hay dinero y comeremos si hay dinero. Se trata de que los mercados han dado por finalizada la crisis y se aprestan a recoger beneficios. La letra pequeña de tu vida indica que tienes, si lo tienes, el dinero justo para malvivir. La letra mayúscula de Wall Street indica que ha obtenido los mejores beneficios en veinticinco años y la del Ibex 35 que ha ganado un 21% en 2013. Les hemos salvado.

12 comentarios el “Leamos la letra pequeña

  1. ffer dice:

    el problema no está en lo que leemos sino en lo que vemos. Somos egoístas al punto que nos mueven los tamaños; si, el tamaño no solamente importa, es lo verdaderamente importante.
    Si compramos un coche entramos al concesionario mirando el full equip de la gama alta del más grande de los vehículos. nos fijamos en lo llamativo y poco importa el resto. Si nos vienen a vender una enciclopedia a casa atenderemos a los comerciales según su escote o su trasero o su aspecto o color de ojos. Esto en los hombres, las mujeres tiene sus propias debilidades, no se escapa nadie. Somos lo que queremos ser, apariencia pura. Eso nos lleva por el camino de la amargura pues la letra pequeña todos sabemos que existe, pero es pequeña y nadie le da importancia, no la que merece ya que sabemos sobradamente que está y que de leerla nuestras opciones de conseguir lo que tiene el vecino se pueden esfumar entre asteriscos y puntos suspensivos.

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    • Verbarte dice:

      Es una cuestión de educación programada que cumple sus objetivos. El consumismo lleva a la ceguera motivada por lo accesorio para obviar lo sustancial. Del consumo individual se pasa al consumo social sin percibirlo y se vota lo que se vota sin pararse a pensar en opciones más acordes con las necesidades reales de la ciudadanía. Todo el mundo quiere votar al caballo ganador.

      Salud

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  2. J Pérez dice:

    Antropólogo… ¿algún antropólogo que nos pueda dar luz sobre el comportamiento del Homo Castellano, para una vez conocida la raíz del problema, tratar de buscar una solución entre todos?… porque este, digamos que no es normal, no creen? ¿No creen que pudiendo tener éxito en el sector privado, tengan que servir a un País -a sus gentes, que un País no es sino sus gentes- para imponer SUS idea-les?. ¿No podría el sector privado darles todo lo que económico y socialmente creen que se merecen?. Si. Pero no buscan esto. Buscan devolver a SU País lo que creen que es justo para SU País. Sus pensamientos y no otros. Esto es algo así como hablar de que nos gobiernan ¿FANÁTICOS?. Antropólogos. ¿Algún antropólogo que nos pueda dar luz?. Por favor, que esto no se trata de política, sino de prejuicios, sentimiento de inferioridad, engaño, distinción de clases… y eso va en los genes, en la historia. Que sea rápido, que a este lo están convirtiendo en un País asqueroso.

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    • Verbarte dice:

      Me temo que lo que haría falta sería una cátedra completa de paleontología para descifrar de dónde vienen los usos y costumbres del pueblo español. Aún así, tengo mis dudas de que llegasen a conclusiones racionales. Tal vez un chaman…

      Salud

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  3. Blas Serés dice:

    «Habituada al goteo incesante de timos, fraudes, engaños y sisas, la ciudadanía parece inmune a las estafas a gran escala».
    En el Siglo de Oro, florece en el país un estilo literario de éxito, la Literatura Picaresca, ese éxito de lo pícaro se traslada a la sociedad hasta nuestros días, con cambio de protagonistas, si en el siglo XVI el pícaro lo era por necesidad, hoy lo es por acrecentar parcelas de poder, esto no está en la letra pequeña, ni en la grande, sencillamente no está, el contrato está lleno de falsedades, se miente y se embaúca para llegar al poder, ahí la picardía no es tal, latrocinio puro y duro con la aquiescencia de una ciudadanía a la que se acostumbra a convivir con tales desmanes.

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    • Verbarte dice:

      También la picaresca fue propiciada desde el poder político y religioso, asumida y practicada por el pueblo que nunca jamás se rebeló contra los poderes.

      Salud

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      • Blas Serés dice:

        Ahora propiciada por el poder político, religioso y económico, practicada por quien tiene contactos, a mas altura en la pirámide social mas corrupción y latrocinio, asumida por un pueblo manso que no solo no se rebela, quizá por que aspira inocente a participar en la fiesta algún día.

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  4. John Lessone dice:

    Una vez más el problema de base esta en la Ley, muy alejada de la «justicia» como concepto universal, y sí muy cercana al circo de jueces, legisladores, políticos e instituciones que mueven los hilos. La letra pequeña juega siempre a favor de quien se enriquece, y mientras la publicidad y el marketing campen a sus anchas movidas por los hilos de los mercados, no habrá quién ponga freno al timo. Mientras tanto no nos queda otra que leer, leer y leer… los tropecientos mil folios correspondientes a la apertura de planes de pensiones, solicitudes de tarjetas de crédito del supermercado, cambios de compañía eléctrica, contrataciones de servicios de adsl y telefonía móvil… antes de firmar y llevarnos luego las manos a la cabeza. Es injusto a más no poder, porque juegan con nuestro tiempo y energías. Pero contemos ya de antemano con que nos van a engañar SEGURO…y sepamos dónde radica la estafa. Lo ideal a mi parecer sería prohibir esa letra pequeña y legislar a favor de mensajes claros y transparentes. O negro o blanco, porque en el gris nos la cuelan. Utópico, verdad?

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    • Verbarte dice:

      Estafadores de poca monta nos preparan paraa la estafa mayor de la modificación de la Constitución para consagrar el pago de una deuda ilegítima y la consiguiente pérdida de derechos contenidos en esa misma Constitución y conseguidos con el esfuerzo de varias generaciones precedentes.

      Salud

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  5. madamebovary dice:

    Los antiguos y vituperados utópicos y anarquistas dedicaban una parte de su pensamiento a imaginar cómo sería o debiera ser la ‘expropiación’: al día siguiente de la revolución había que hacerse cargo de los recursos y poner en marcha la economía. Hoy la expropiación consiste en desmantelar lo poco que se ha ido poniendo en común en beneficio de ricos, inversores y especuladores, o sea, los mismos. Aparecerán trabajillos mal pagados y sin derechos para consumir en esta selva de centros comerciales, incrementar la ilusión y rellenar las burbujas, para, de nuevo, reventarlas cuando convenga; y vuelta a empezar. Noria, Sísifo, ouroboros… A no ser que… el personal reviente.

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    • Verbarte dice:

      Ya ni siquiera para consumir en los centros comerciales da la miseria de los países del sur europeo. Se trata de incrementar las fortunas de la lista Forbes y de sus cómplices políticos y financieros. El personal reventará de trabajar a cambio de un mendrugo esperando un mesías inexistente.

      Salud

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