Goodbye, Mr. Rouco

RoucoRichelieu

Ilustración de Richelieu: El Viejo Coyote (Espanded Coyote).

A su nacimiento, semanas antes de comenzar la cruzada franquista, sólo le faltó una estrella fugaz para revelar que este santo varón era un elegido de Dios. Entre latines y leyes, intuyó que consagrar su vida al recuento de ovejas descarriadas en una parroquia de pueblo no era modo idóneo para acelerar su acercamiento al cielo. Animal político, optó por cátedras y púrpuras, conjuras y maquinaciones, hasta alcanzar la dignidad de cardenal y entrar en alguna quiniela papal. Ahora, a los 77 años, se jubilan él y, tal vez, Dios nos oiga y asista, sus ideas.

La casualidad y la voluntad divina no existen, así que la entrega de Rouco a la conquista de poder terrenal no fue sino resultado de sus estudios doctorales sobre relaciones entre iglesia y estado en el siglo XVI. Él, perdónalo señor, comprendiendo que su reino sí era de este mundo, invirtió su vida en conseguir para Dios lo que es de Dios, lo que es del César y lo que es del pueblo. Su sueño fue, quizás, encarnar un híbrido humano y divino cual emperador romano, un semidiós con pleno poder legislativo, ejecutivo, judicial y espiritual.

Mientras duró el franquismo, su abnegada entrega al nacional catolicismo le llevó levitando hasta el obispado auxiliar de Santiago y cierra España. Muerto el dictador, monseñor quedó huérfano en su defensa de la reserva espiritual de occidente, toda vez que los herederos del general decidieron acechar, apostados en sus cuarteles de invierno, la llegada de tiempos propicios. La travesía del desierto fue recompensada con el arzobispado de Madrid y el cardenalato.

España se modernizaba libre de cadenas, trenas y cadalsos. Urnas infieles liberaron diablos divorcistas, luciferes abortistas, demonios laicistas y satanes educativos, y él estaba solo ante el peligro infernal desatado por la democracia. Sintió la llamada divina y dedicó cuerpo y alma a su particular reconquista del Paraíso perdido desde la Trinchera Episcopal, con Kikos, Opus Dei y Brunete mediática como tropa de choque, hasta convertir el catolicismo patrio en cheque electoral.

El abandono de los cuarteles de invierno fue de provecho al cardenal, aprendiz de Richelieu, para hacer efectivo su cheque de almas. El Partido Popular, necesitado del absolutismo electoral para gobernar, entró al trueque disponiendo un programa integrista y un gobierno devoto muy del gusto del prelado. Al César, poco; al pueblo, propósito de enmienda y dolor por los pecados; y a Dios, Justicia, Sanidad y Educación.

Atado y bien atado deja Rouco todo: una España Mariana, varias vírgenes asesoras ministeriales y crucifijos presidiendo espacios y actos públicos de este santo país. Se jubila el vetusto Magistral, de discreto cuerpo y sosias de Paco Clavel, pero de anzuelo ideológico capaz de estremecer vida, piel y hacienda en cualquier Regenta ansiada. Se jubila pensando para sus adentros aquello soez de “para lo que me queda en el convento, me cago dentro”.

El último y aciago servicio a su particular patria ha sido la homilía en el funeral por los atentados del 11 M. Desde el púlpito de la Almudena, ha metido el dedo en la llaga manipulada de las víctimas. Desde la Trinchera Episcopal ha plañido por la ruptura de España, palabras que ensanchan grietas, y ha recitado la letanía homófoba y misógina a coro con un gobierno del que se despide la aliada sotana que le llenaba la Plaza de Colón en sus días de callejera gloria.

Herencias deja el cardenal presbítero de San Lorenzo en Dámaso. Lega la COPE y 13TV, ignominias informativas a su imagen y semejanza. Deja la santa compaña de obispos y arzobispos, su guardia pretoriana. Deja, a las víctimas lloradas y no enterradas, apenas una lágrima forzada. Deja, a las víctimas de pederastia, nada. Su adiós, urbi et orbi, sabe a tocino de cielo, pastel de gloria, teta de monja, bocatto di cardinale.

11 comentarios el “Goodbye, Mr. Rouco

  1. Juan dice:

    El representante de un colectivo privado puede ser, como el tal Rouco, todo un ejemplar. En todo caso, el problema no es Rouco o su sucesor, el problema es tener un Estado genuflexo a los intereses de la cúpula de ese colectivo; el problema es tener a una ciudadanía abducida por ese colectivo. ¡Qué quemarán en el incensario!

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    • Verbarte dice:

      Pasa con este colectivo lo mismo que con otros colectivos privados como el financiero o el empresarial: los tres viven del sudor ajeno.

      El estado valora, siempre lo ha hecho así a lo largo de la historia, la capacidad sedante de las religiones y la vinculación ideológica de la cúpula católica con determinados postulados partidistas.

      No se entendió en su momento que el PSOE pasara de puntillas sobre el Concordato, manteniendo las prebendas eclesiásticas. Lo de ceder ministerios al Opus Dei y legislar con inspiración bíblica entra dentro de la lógica ideológica del Partido Popular.

      La ciudadanía sigue identificando religión y folclore y así se siguen bautizando niños, haciendo comuniones y celebrando bodas, aunque cada vez menos, pero más que suficientes para que la iglesia exhiba porcentajes de católicos que en nada se corresponden con practicantes.

      Salud

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      • jcromeroJuan dice:

        No es solo que los distintos gobiernos del PSOE pasaran de puntillas sobre el Concordato, es que el último mejoró la financiación y mantuvo a la Agencia Tributaria como recaudadora de impuestos para este colectivo. Además, toleró que los maestros de religión fueran nombrados por los obispos pero pagados por Educación.
        Un Estado que se declara aconfesional no puede actuar como si de Estado de inspiración divina se tratara.

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      • Verbarte dice:

        El Rouco y la rosa, pues.

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  2. Blas Serés dice:

    He comentado el final de tu último párrafo de tu escrito que dices que sabe a tantas cosas, diciendo que me sabe a poco, permiteme la perrería de aprovecharme del final del primer párrafo, corriendo una coma y recortándolo para que quede así: «Ahora, a los 77 años, se jubilan el y tal vez Dios», así queda mas redondo mi comentario y puedo retirar lo de me sabe a poco.

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  3. salvela dice:

    No sentiré su reducción a la nada absoluta el día en que la buen parca venga a llevárselo.

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    • Verbarte dice:

      Muy poco cristiano tu comentario: la parca es un mito pagano, pero válido para barrer la basura de este mundo. Habrá que enterarse hacia donde hará su último viaje para tomar direcciones contrarias. ¿Te imaginas que vamos al infierno y nos topamos allí con él y los de su ralea?

      Salud

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  4. Otro ser mezquino que ha vivido sus días de gloria a lo grande y que disfrutará de una jubilación dorada. En España hay unos cuantos de ésos. Saludos.

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    • Verbarte dice:

      Fiel al prototipo de cura de misa y olla, este arzobispo se inscribe en la saga española de jerarcas eclesiásticos con poder real sobre nobles y administradores. Un elemento de los que ya quedan pocos en la fauna europea, aunque no es una especie en extinción, ni mucho menos.

      Salud

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  5. Maginense dice:

    Reblogueó esto en El Maginense.

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