Opacidad y transparencia

transparencia

Produce inquietud que dos partidos como el PP y el PSOE anuncien un pacto, una entente, un apaño, porque cada vez que lo han hecho la ciudadanía y la democracia se han resentido del amaño. Ahora anuncian un principio de acuerdo político sobre economía, Europa y una ley de Transparencia. Preocupa un acuerdo sobre finanzas y europeismo redactado por Bruselas o Alemania, y debe preocupar el consenso sobre la Transparencia porque evidencia lo que todo el mundo sabe desde hace décadas: España es un país opaco, turbio, velado y oscuro políticamente hablando.

Legislar sobre transparencia es como decretar en el BOE que el sol alumbre por las mañanas y la luna brille durante la noche. La transparencia, madre de la honradez y de la ética, hermana de la decencia y del decoro, no necesita que una ley la propicie o la consagre, sólo necesita que se la proteja, que se la cuide, que se la defienda, que se persiga y se combata a quienes la sortean descarada e impunemente como viene ocurriendo hasta ahora. Para estos menesteres no hace falta una nueva ley, sino aplicar a rajatabla la ley existente.

Los acuerdos sobre transparencia obedecen a un urgente lavado facial motivado por la alarma social, ante la avalancha de corrupción y falsedad, que afecta negativamente a los partidos que se alternan en el poder, a la Casa Real, a la patronal, a los sindicatos y a todo estamento público donde se mueva dinero. El mayor descrédito de la política no es su falta de transparencia, sino la tendencia demostrada por los poderes públicos a apagar la luz con intención de ocultar la suciedad. A diario, legiones de abogados, tertulianos, militantes, medios de comunicación y políticos en ejercicicio aprietan los interruptores para dejar a la ciudadanía a oscuras.

Una ley de Transparencia sobra porque sobran quienes no son transparentes. Hasta ahora, los gobiernos han hecho que sobren los jueces que investigan la corrupción, que sobren los medios de comunicación que denuncian la corrupción o que sobren las sentencias condenatorias a corruptos y defraudadores que el consejo de ministros, cómplice o rehén, amnistía. Al poder le sobra la transparencia a la vista del comportamiento de quienes lo ejercen desde los tiempos de Filesa hasta los de Gürtel. Treinta y tantos años no han bastado para limpiar el cristal de la democracia. ¿Ahora lo van a hacer?

La representación teatral de los acuerdos PP-PSOE en materia de transparencia hay que leerla desde su descrédito y como un último intento para reivindicarse de cara al electorado. Su descaro y arrogancia han permitido ver la suciedad de sus prácticas políticas y sus comportamientos, se ha visto y se sigue viendo cada mano metida en la caja, cada sobre o apunte contable de dinero negro, cada apaño con intereses privados, cada bofetada a la justicia o a la prensa cuando les pillan in fraganti, cada promesa incumplida y cada mentira perpetrada.

Hasta tal punto han ensuciado los cristales de la democracia que ya nadie recuerda cuáles eran sus colores originales o cómo eran los rasgos de su fisonomía ideológica. De tanta suciedad adherida, el cristal de su reputación no volverá a ser translúcido ni usando el papel del BOE para secar el limpiacristales. La ley de la Transparencia es el reconocimiento de que el sistema no es diáfano. La honradez y la ética están ahí y no necesitan una ley para hacer uso de ellas.

12 comentarios el “Opacidad y transparencia

  1. ¿A qué esperamos para ir a por ellos? dice:

    Otro caso de opacidad es la nula difusión sobre la preparación del Tratado de Libre comercio entre los EEUU y la Unión Europea.
    Dicho tratado supondrá otra “patada” más (y puede que la puntilla) al estado del bienestar y a la calidad de vida de las clases populares a ambos lados del Atlántico.
    Este tratado prohibirá, por ejemplo, el monopolio de los servicios públicos como la sanidad y exigirá su desmantelamiento.
    Al respecto, es muy interesante el artículo de Vicenç Navarro. Se adjunta link.
    http://spintime.es/ml/ac/lt/t_go.php?i=3128&e=ODE3MDU=&l=-http–www.vnavarro.org/–Q-p–E-8967

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    • Verbarte dice:

      Están empeñados en acercar los modos de producción asiáticos a los paraísos consumistas. Es la forma de competir con China y las economías donde ahora producen los países consumistas.

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      • No es crisis, es una estafa descomunal... dice:

        Pero si todos acabamos produciendo y cobrando como asiáticos, la chusma que está perpetrando esta gran estafa mal llamada «crisis» tendrá que comerse sus servicios y sus productos con patatas, porque es harto improbable que esa minoría privilegiada y sin escrúpulos, con dineros veraneando en las Caimán, mueva la economía y la saque adelante…

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      • Verbarte dice:

        Ya encontrarán la forma para que los 90 euros de salario mínimo alcancen para consumir.

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      • Lógica matemática dice:

        Los «paraísos consumistas» dejarán de serlo si los poderes financieros y los gobiernos persisten en su estrategia de recortar salarios y derechos.
        La ecuación es fácil:
        si cobramos como chinos = no consumiremos.

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      • Verbarte dice:

        Ya han conseguido que los chinos, con salarios esclavistas por debajo de los 100 euros, sean los mayores consumidores en McDonald, Zara, H&M, Benetton y otras firmas occidentales que se dan tortas por instalarse en la economía emergente. Ajustan los precios a la economía de la zona y venden a más de mil millones de clientes. Hasta ahora, los 200 millones de clientes europeos hemos estado pagando sus productos a más de un 500% de su coste de producción y comercialización.

        Menos beneficio por unidad X un mercado seis veces más grande = más beneficio y menos complicaciones con derechos laborales, medio ambiente y control económico.

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  2. madamebovary dice:

    ¿No estaremos ante un pacto para apuntalar el bipartidismo y su monarquía? González con Rajoy, fuerte aplauso mediático… En fin, camino a la transparencia, opacando.

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    • Verbarte dice:

      Democracia de mercadillo. Últimas oportunidades para dos partidos de saldo con una clientela rancia y menos futuro que sus votantes.

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  3. Juan dice:

    No comparto la idea de pactar. Si en los grandes asuntos las distintas formaciones políticas defienden las mismas posturas, lo sensato sería que se presentaran a las elecciones como una coalición de partidos. Entendía el pacto en la lucha contra el terrorismo, pero entonces el partido que ahora está en el Gobierno tuvo, durante mucho tiempo, una actitud lamentable.
    La «transparencia» no se pacta se practica. No se necesita de leyes nuevas sino de cumplir las actuales y aplicar sentido, común ética y estética. Al lectura de la entrada me llevaba al caso de «transparencia» que hemos conocido estos días producido en el Parlamento de Andalucía. El presidente de la cámara y los portavoces adjuntos, por decisión conjunta de estos miembros que pertenecen a los tres partidos políticos con representación, acordaron una subida en las dietas. Según las informaciones de prensa ni el resto de diputados, ni los grupos políticos tenían noticias del asunto (¡Viva la transparencia!). En el mes de abril se repartieron la cantidad de 3.720 euros. Publicada la noticia, cuentan que el propio presidente de la Junta llamó al orden y, aunque ya habían cobrado dicho aumento en abril, ahora los tres partidos se han puesto de acuerdo para que dicho aumento no vuelva a cobrarse. Para la decencia política y la coherencia (a los empleados públicos se les anuncia un nuevo recorte en pagas extras) no hace faltan leyes sino decencia democrática que es lo mismo que respeto al ciudadano.

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  4. Tiene guasa que el PP, con toda la mugre opaca que arrastra y que ya rezuma se pretenda adjudicar el mérito de promover la transparencia, y que el PSOE quiera pactar… En fin, lo del PSOE ya no importa mucho, nadie con dos dedos de frente se puede tomar en serio a esos «socialistas». Saludos.

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