El Parque de las Ciencias y el efecto mariposa

Abrazo ciudadano al Parque de las Ciencias. Foto: Carlos Gil / Granada Hoy

El efecto mariposa sirve para explicar algunos fenómenos que se producen a partir de una pequeña perturbación en un sistema y que pueden tener consecuencias considerables e imprevisibles. El granadino Parque de las Ciencias está generando efectos mariposa que pasan desapercibidos.

A pesar de políticos que anteponen los intereses partidistas o personales al interés general de la ciudadanía y a la prestación de un servicio público, existen experiencias de gestión en las que especialistas y técnicos han conseguido mantenerlos a raya y conducir los proyectos al éxito en cuanto a proyección social y autosuficiencia económica. Deberían ser un ejemplo. El Parque de las Ciencias lo ha sido bajo la dirección de Ernesto Páramo, sumando, desde su fundación en 1985, logros a su currículo, metros cuadrados a su espacio expositivo y prestigio nacional e internacional a su actividad.

La tarea más eficiente realizada por el equipo de Páramo ha sido mantener las instituciones que componen el Consorcio al margen de las tareas de gestión y dirección del Parque, rindiendo cuentas satisfactorias, año tras año, cuyos superávits han permitido ampliar instalaciones hasta los 70.000 m2 actuales y diversificar la actividad. En 2020, Ernesto anunció su retirada como máximo responsable del Parque alegando “problemas de salud”. Aunque no se duda que los tenga, la sombra de la sospecha apunta como causa al traslado de la gestión directa del Parque a Sevilla bajo la espiral privatizadora de la Junta de Andalucía gobernada por el Partido Popular.

Desde ese momento, los problemas se suceden en el Parque y el último, no el más grave, ha sido el despido de 15 trabajadores que han cuidado a las rapaces, el mariposario y los acuarios durante más de diez años. La directiva y el Gobierno andaluz no se pronuncian al respecto, pero el PSOE y Unidas Podemos hablan de un “desmantelamiento” que hace peligrar el futuro del Parque. El modus operandi es el que viene siguiendo la Junta con la Sanidad y la Educación públicas: hacer que no funcionen para justificar su privatización. Gestión de Fauna S.L. es la empresa que contrataba a estos trabajadores, pero ha quedado fuera del concurso que le hubiera permitido continuar. Un error, dicen. Los despedidos perderán la antigüedad si la nueva empresa no los subroga o no incluye la Consejería una cláusula en los pliegos que blinde su pasado laboral.

La Junta está provocando efectos mariposa en el Parque de las Ciencias.

Marcelo, uno de los despedidos, es biólogo y deberá abandonar el piso en el que vive de alquiler junto a un mecánico que deberá buscar otro piso u otro compañero. Marcelo se dará de baja en el gimnasio, dejará de tomar cañas y café en el bar del barrio y renunciará a la tarifa de datos móviles. Marcelo volverá a vivir con sus padres, después de cinco años, hasta que encuentre otra cosa, a ser posible con más remuneración que el SMI que le pagaba la contrata. Los padres de Marcelo cuentan con dos pensiones mínimas y un piso de setenta metros donde no caben todas las permanencias de su hijo, que las dejará en la cochera de un amigo. Lucía, la pareja de Marcelo, también volverá a la casa de sus padres y se plantea con amargura abortar al hijo aún desconocido para el padre. Pancho, el fox terrier de la pareja, será adoptado por un amigo que tiene una casa amplia porque los padres de sus dueños no admiten animales. Marcelo y Lucía tienen claro que se acabaron las salidas de casa para actividades que conlleven gasto, los viajes de fin de semana, las compras no esenciales y el coche lo moverán lo justo para que no se le vaya la batería. Marcelo deberá ir a la inmobiliaria para comunicar que paralizan la compra del piso de segunda mano que estaba pendiente de la aprobación de la hipoteca por el banco.

A pesar de estar despedido, Marcelo acude cada día al Parque para cuidar a los animales. Lo hace gratis, como otros compañeros, por una vocación de la que carecen los nuevos gestores y por supuesto esos políticos que han tomado la Junta dispuestos a no dejar títere con cabeza. A la indecente privatización de la Sanidad y la Educación, se suma el despropósito neoliberal que se está llevando por delante el espíritu de servicio público del Parque de las Ciencias, que hace peligrar la Alhambra y que amenaza seriamente al Parque Natural de Sierra Nevada.

¡¡¿Y qué?!! —grita con su sonrisa de hiena el presidente Bonilla y repiten sus secuaces— ¡¡Los votos de los granadinos y los andaluces nos avalan!!

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