Nos están matando

Está todo controlado. Los algoritmos lo miden todo. La voluntad ha mutado en un chip que rige y dirige los actos del ser humano. Nada escapa al sacerdocio matemático que marca en los cuartos traseros de la ciudadanía su biografía biológica, emocional y estadística.

Durante la pandemia hemos aprendido de casi todo y usamos vocabularios que envanecen nuestro ego delante del espejo, aunque no comprendamos el significado de palabras y conceptos cosechados sobre la marcha y asumidos como tesoros de cátedra súbita. Así somos los españoles y las españolas, y así nos va. No hace falta explicar qué significa, pongamos por caso, “EXCESO DE MORTALIDAD” porque para eso están ChatGPT, Google, YouTube, TikTok o la barra de un bar y para eso dispone este pueblo de una proverbial y envidiable capacidad de aprendizaje.

Como el enunciado indica, con nitidez léxica y precisión semántica, se trata de las personas que mueren de más en un lugar y un momento dados. Suelen concurrir circunstancias concretas que son tenidas como causa por el mundo científico y por el cuñadismo. Así, a modo de ejemplos ilustrativos, han producido y producen excesos de mortalidad: el Covid en todo el mundo, el terremoto en Siria y Turquía, el negocio de las armas en distintas guerras, las hambrunas en África o el efecto del alcohol y las drogas en las carreteras. Se comprende fácilmente, ¿verdad?

Produce terror leer un titular de prensa que advierte “El retraso diagnóstico y las listas de espera tras el covid provocan un aumento en el exceso de muertes”. Dado que los retrasos diagnósticos y las listas de espera son conceptos desprovistos de voluntad y capacidad de actuación per se, la causalidad del exceso de mortalidad que se les atribuye hay que buscarla en quien sí dispone de capacidad para retrasar los diagnósticos y eternizar las listas de espera. Llegados a este punto, y constatando la experiencia cotidiana de la ciudadanía, no es difícil ni aventurado concluir que son los gestores neoliberales de la Sanidad Pública los máximos responsables del exceso de mortalidad que se vive en estos tiempos de modo sostenido y amenazador, los mismos que recurren al método Pilatos para eludir su más que evidente responsabilidad.

Dicho de manera ruda y popular, para que cualquiera pueda entenderlo, quienes quitan recursos a la Sanidad Pública para darlos a la privada, sencillamente, NOS ESTÁN MATANDO. Y también todas y cada una de las personas que con su voto legitiman y justifican esta situación.

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