Dos fachas de mierda ves, pero nunca hay dos sin tres

Coronan su testuz con tanta cuerna

que no les deja sitio para un seso

tamaño microscópico y por eso

ubican el cerebro en la entrepierna.

Son el macizo de la raza eterna,

el búnker impertérrito al progreso,

la vox de lo más rancio y más espeso,

el bronco rebuznar de la caverna.

Y llevan aferrado a sus cojones,

para multiplicar generaciones

inmunes al clamor de tiempos nuevos,

un contingente femenil tan propio

que piensa con las trompas de Falopio

lo mismo que sus machos con los huevos.

Padadú el Bardo. Marzo 2023
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