El alza de los precios, ya sin fin,
extiende por doquier inanición.
Ni pyme, ni salario, ni pensión
soportan arancel tan malandrín.
Los dueños del parné, cuyo botín
les brinda dividendos del copón,
sostienen que la pérfida inflación
es culpa del cabrón hijoPutín.
Y no es cuestión trivial saber de quién
son culpa las mil hostias que nos dan;
estén en el poder quienes estén,
las turbas, con razón, empuñarán
estas baguetes para que les den,
pues cada vez que hablan sube el pan.