Hay que reconocer que la pandemia desborda a todo el mundo, desde la OMS hasta la última administrativa de un consultorio médico rural. Considero que la gestión de la crisis no contenta a casi nadie en un país de cuñados/as cuya ciudadanía es experta en cualquier tema. Me inquieta la situación provocada por el coronavirus y la gestión política de la misma, sea por el Gobierno Central o por los Gobiernos Autonómicos. Todos están igual: desbordados.
Aún así, tengo motivos para el optimismo, o mejor dicho, para pensar que podría haber sido bastante peor, mucho peor, la gestión sanitaria. Acordarse de otras crisis no lejanas en el tiempo –léase el Prestige, el Yak–42, el Alvia o el Metro de Valencia– es un triste consuelo. Rememorar la infame manipulación de los atentados del 11M también reconforta. Y evocar la negativa a dispensar el carísimo Sovaldi a enfermos de hepatitis C alivia. Digamos que el actual Gobierno, manifiestamente mejorable, es un mal menor dentro de la panoplia de ineptos entre los que se puede escoger.
Lo mismo sucede en el otro frente, el económico. Hay quien dice que las medidas adoptadas para paliar la que se avecina son inviables y se pregunta cómo se va a pagar la renta mínima vital (6.000 millones). Ya pagó, y sigue pagando, la ciudadanía los 60.000 millones obsequiados a la banca por los gestores de la crisis de 2008. Cada gobierno salva a los suyos, unos a las élites empresariales y financieras y otros a la ciudadanía. Otro consuelo.
El COVID–19 me da pánico. Casado y Abascal me producen terror. La postura de ambos está centrada en producir angustia, en crear incertidumbre, en provocar quejas generalizadas, en sembrar odio entre la población, en quebrar la democracia. Ambos se comportan como ectoparásitos hematófagos que se alimentan del dolor ajeno con la habilidad de regurgitarlo convertido en votos. Son ejemplos de garrapata política.
Todo lo barnizan de negro. Mientras la población busca salidas positivas a la situación para sobrellevar el confinamiento, ellos se afanan en teñirlo todo de luto, como esos curas bigardos que se deleitan recordando en la homilía los pecados del cadáver antes de bendecir el ataúd. Exigen crespones e indumentarias negras y se apresuran a vestirlas porque se sienten cómodos luciendo el luctuoso uniforme de enterradores profesionales.
Les importa un bledo España y un carajo los españoles. Han olido la muerte y la rondarán como ciertos funerarios acechan los domicilios donde habita la agonía para ser quienes obtengan beneficio llegado el momento. Aprovechan los aplausos de los balcones para manchar el himno nacional (históricamente sucio) haciéndolo sonar como propaganda partidista. Piden a la ciudadanía que sustituyan las palmas por silencio enlutado y negras corbatas, para que nadie olvide que el destino del ser humano es sufrir, llorar y morir.
Con frialdad contable, analizan los datos de decesos, ingresos y altas para traducirlos con su algoritmo favorito: a más muertos, más votos. También analizan como cuervos enlutados la marcha del Ibex para elegir, entre la bolsa o la vida, siempre la bolsa. Lo acaban de demostrar hace unos días el Partido Popular y Ciudadanos votando en el Parlamento Europeo en contra de los coronabonos. Al contrario que el actual Gobierno, ellos prefieren a los hombres de negro.
Como decía Luis García Montero hace unos días en InfoLibre, las derechas son como la marrana de Armilla: si se la metes lloran y si se la sacas chillan.
Hay que cuidar al comPPungido necrófago de Casado. Yo pensaba que con Rajoy había que hacer lo mismo, pero éste lo supera en cualquier postureo de barba o foto de luto ante un grifo abierto. Para los republicanos Rajoy iba camino de tener una plaza con estatua en todas las grandes poblaciones de Cataluña como héroe colaborador involuntario pero necesario al deseo de cambio en la España carca. Este Casado, será el que haga que el PP tenga que buscar otras siglas para que se olvide pronto. Hay que cuidar a Casado. Es la mejor garantía para que la derecha siga en la oposición perdedora, insuficiente y menguante un largo tiempo. Que no le falte una buena UCI en la privada, si tiene la mala suerte de coger el Covid19 en sus salidas de populismo ramplón a incondicionales y poderes fácticos, como no le faltó a su colega tornasol Boris Johnson. Hacen falta gente como ellos para mostrar su miseria del todo vale, antes y en una pandemia.
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Aznar preparó la pira, Rajoy prendió la mecha y Casado echa la gasolina.
Y les funciona: primero consiguieron que más de medio país odiara a los catalanes, ahora están consiguiendo que se odie a la izquierda y mañana conseguirán que se odie a quién no piense como ellos.
¿Te suena?
Los vellos de punta.
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Buen artículo, como es la norma.
Cuando escucho a la gente del PP hablar de la ineficacia del Gobierno, me viene a la memoria la gestión que hicieron del Yak-42. Es algo que no controlo; una especie de estimulo respuesta. Cuando escucho a la ultraderecha española de Casado y Abascal tengo un problema; desconozco cómo digerir sus palabras, si hacerlo con indignación o con una sonrisa. Tal vez lo mejor sea tomarlos a broma. Ya sé que la cosa no tiene gracia, ninguna gracia, pero la risa y el humor es un buen antídoto. Chaplin filmó una parodia genial de Hitler. No sé, pero el humor siempre han tropezado con los intransigentes.
Saludos
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Así son ellas y ellos.
Hasta ahora pensábamos que sólo había hienas y buitres en la derecha, pero estamos viendo que es un nido de víboras y alacranes. A nada que se ha removido la piedra han salido como cucarachas.
Otro peliculón de Chaplin, Tiempos modernos, retrata a la perfección el sistema neoliberal.
Reír por no llorar.
Salud
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Verbarte, sigue adelante esgrimiendo ágilmente tu pluma valiente, pues somos muchos los que esperamos y disfrutamos tus magníficos artículos con verdadero deleite. ElPobre este tiene que ganarse la vida con la limosnilla que le sueltan generosamente sus jefes de filas, los cuales posiblemente tengan la misma capacidad que él.
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Ya lo has visto.
Lucena vuelve a ser un bastión de la extrema derecha, sobre todo cuando se dispara el paro.
Este año, además, el síndrome de abstinencia de incienso y cera, está haciendo estragos en las neuronas.
Salud
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Manda huevos la de gilipolleces q tenéis q soltar los q sois incapaces de poner una sola pega a toda esta panda inepta q nos gobierna…
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¿Qué? ¿Haciendo apostolado? ¿Otro/a testigo de Jehová extremista? ¿También te pagan Vox y/o el PP por meterte en internet a difundir La Palabra? Por un comentario como el tuyo, paga 1,25 € Vox y 1,10 € el PP (Si no te han pagado, reclámale a Gutiérrez o a Huertas, te lo deben).
¿Te refieres a Ayuso, a Moreno Bonilla, a Feijóo o a López Miras? Ella y ellos también nos gobiernan, no mienten, no roban, no trabajan fuera de la política, no prevarican y no se les puede poner ni una pega. ¿Intachables?
Sigue en tu paraíso y no te mortifiques.
Hay libertad de expresión y libertad de compresión.
¡¡Tienes mucha más basura donde elegir para leer lo que tú quieres!!
Tienes la libertad de expresión a tu disposición, si eres capaz de razonar y escribir fuera de los argumentarios de los capaces.
Gracias por leer (o juntar letras y palabras).
Salud y República.
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