El peor analfabeto es el analfabeto político. No oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos. No sabe que el coste de la vida, el precio de las alubias, del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios, dependen de decisiones políticas. El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política. No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales.
Bertolt Brecht
Recién contados los votos en las urnas, una de las primeras tareas es peguntarse ¿a quién hay que felicitar? Es costumbre inveterada que todos los partidos hagan almibaradas lecturas de cualesquiera que sean sus resultados. Todos tienden a expurgar en los datos hasta encontrar una futilidad que, debidamente hinchada, les sirva para proclamarse vencedores. En las cuatro últimas décadas, venda quien venda sus resultados, siempre hay un claro perdedor, siempre el mismo: la ciudadanía.
En primer lugar, hay que agradecer (no felicitar) al 70% del electorado que ha tenido a bien ejercer su derecho al voto. En segundo lugar, hay que valorar el ímprobo esfuerzo del bipartidismo y sus aliados para dinamitar a los dos partidos que le hacían sombra, casi lo consiguen. Analizando los datos de esta noche electoral, se me ocurre que hay que felicitar sin paliativos a mucha gente catalogada en distintos estratos sociales.
Felicitar a todos los machistas de este país, que no son pocos, porque al fin tienen quien defienda a los asesinos de más de 1.000 mujeres y a los cientos de miles de maltratadores, que ya está bien. Felicitar a quienes condenan a las mujeres a la maternidad no deseada, a la sumisión al marido, a la inferioridad en todos los ámbitos, a quienes las cosifican. Felicitar a quienes odian el amor que no se produzca entre un hombre y una mujer, como su dios manda.
Felicitar a los vendedores de pensiones, seguros médicos y educación privada. Felicitar a quienes nos prefieren viejas empobrecidas, enfermas y analfabetas. Felicitar a quienes se benefician de las amnistías y los paraísos fiscales, a quienes se enriquecen con la mengua de salarios y la precariedad, a quienes pagan sólo del 2 al 10% de impuestos sobre beneficios, a quienes pactan precios de servicios básicos privatizados, a quienes hacen del derecho a la vivienda una utopía. Todos ellos cuentan con el apoyo en el Congreso de doscientos sesenta y nueve diputados, como mínimo.
Felicitar a la raza blanca, siempre que rece en español castellano-leonés. Felicitar a los payos, siempre que recen en español castellano-leonés. Felicitar a los católicos, apostólicos y romanos, siempre que recen en español castellano-leonés. Felicitar a quienes se niegan a que se dé digna sepultura a todos los asesinados que en su momento no rezaron en español castellano-leonés. Felicitar a quienes por fin tienen quien rezará por ellos en el Congreso en español castellano-leonés.
Todos ellos y ellas han sido depositarios de los votos de más de diez millones de personas a los que se suman otros casi siete millones en determinados casos. Así que enhorabuena a quienes siempre ganan las elecciones sin presentarse a ninguna. ¿Que cómo es posible esto? Muy fácil: hay mucho analfabeto político engatusado con patrias falsas e hipócritas banderas que los incapacitan para ver sus propias necesidades y todas las heces que tras ellas esconden los trileros del Congreso.
A lo largo de la historia, en España y el extranjero, los bipartidismos han funcionado como lo hacen hoy en España y uno de sus efectos más indeseables es el auge de los fascismos populistas apoyados por incautos y analfabetos políticos. Así se explican los resultados de Vox, a pesar de la corrupción y los delitos de sus dirigentes (un ejemplo, otro y otro más), a pesar de sus mentiras compulsivas y a pesar de su financiación por el terrorismo islámico iraní.
Pues yo, sin ninguna ironía, te felicito a tí, Verbarte, por este artículo pleno de contenido en ideas y razones como todo lo que escribes. Felicito tambièn a todos los (¿miles?) de lectores que casi seguro lo habrán disfrutado accediendo a tu blog y lamento que la población lucentina se vea privada de poder leer en LucenaHoy este magnífico artículo que cualquier medio estaría muy dispuesto a publicar.
Salud
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Casi mil a día de hoy, la mayor parte de Lucena, según he podido comprobar a través de las redes sociales.
Lo de Lucena Hoy… bueno cada cual que juzgue.
Salud
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Totalmente de acuerdo contigo con la persona que ha opinado antes.
Y los artículos de Verbarte son para quitarse el sombrero. Escriba lo que escriba es un deleite leerlo. Pienso que el periódico de Lucena tiene el deber de publicar la opinión de sus ciudadanos y al que le duela que responda. Esto es querer o primirnos y eso ya pasó a la historia…o quizá no, por aquello que dicen de que «La historia de repite».
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Ya ves, Araceli.
Me ha causado preocupante estupor la negativa de Lucena Hoy a publicar el artículo. Concretamente dice el periódico que la frase …fascismos populistas apoyados por incautos y analfabetos políticos… «descalifica a quienes han apoyado a este partido (Vox)» y que «no pueden aceptar que se hable de delitos de sus dirigentes para referirse a asuntos no sentenciados en un Juzgado», cuando hay ejemplos como los que se citan en el artículo con condenas en firme, incluso del Tribunal Constitucional.
Incauto, ta, según el Diccionario de la Real Academia es (nada ofensivo):
1. adj. Que no tiene cautela.
2. adj. Ingenuo, cándido, que no tiene malicia.
En cuanto a lo de «analfabetos políticos», queda contextualizado por la cita de Bertolt Brecht que encabeza el artículo.
No quiero pensar en censura o blanqueo del fascismo (aunque esto último pueda parecer evidente). Yo, en numerosas ocasiones, me siento insultada por los comentarios a las noticias o a mis artículos (cuando los he publicado) que los trols profesionales de Vox y del PP vierten en contra de quienes no piensan como ellos. A pesar de eso, respeto y defiendo la libretad de expresión.
Dejémoslo correr: a fin de cuentas, no creo que sea nada personal, sino una cuestión de negocios en un amplio sentido.
Salud
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Muy de acuerdo. Y sin embargo, quisiera comprender a quienes consideran que han sufrido muchas decepciones y abandonos.
Las opciones de izquierda pierden votos. Espero (no es mucho pedir) que analicen las causas y se pongan a la tarea de dar respuestas. Si los nuestros no nos votan algo hacemos mal, algo hacen mal las formaciones que supuestamente defienden a esos ciudadanos que ahora empiezan a votar a la ultraderecha.
Ilustras el post con Lucena, aquí en Cádiz estremecen los datos de Algeciras, San Fernando y Conil, entre otras poblaciones.
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