Equívocos para gente incauta

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Como adicta, sólo por imperativo vital (o eso intento), a las compras, reconozco que desde hace un par de décadas me pierdo en los templos del consumo. No me refiero a las grandes superficies, diseñadas como laberintos para que tardes en salir de ellas, sino a la tienda de la esquina, sin ir más lejos, de escasos cincuenta metros cuadrados. Me pierdo también en los catálogos que compiten en acoso dentro de mi buzón con la propaganda electoral.

Hay productos que no atino a saber para qué sirven o cómo se usan. Superan mis expectativas y mi experiencia vital. Unos me dejan pasmada, como los alimentos plastificados tanto en su presentación como en sus irreconocibles sabores y texturas. Otros me ponen de los nervios, como los fabricados con obsolescencia programada. Y otros me parecen una tomadura de pelo cuando veo su precio disparatado impuesto por la moda o por la marca.

Procuro mantener a raya la publicidad, peligroso calzador consagrado del consumo compulsivo y desaforado, y satisfacer sólo mis necesidades primarias. Un detalle que llama mi atención es la frase impresa, como quien no quiere la cosa, en multitud de envases y etiquetas de todo tipo de productos: “Manténgase fuera del alcance de los niños”. La mente poco hecha de los niños puede llevar a equívocos peligrosos para la salud.

Procuro tener formado mi criterio para alejar los peligros de las víctimas y evitar convertirme yo misma en damnificada accidental. Es necesaria la frase, sí, pero es imprescindible una correcta educación al respecto de la infancia y de la población en general. Lo mismo me ocurre con la mercadotecnia electoral: con cada nueva convocatoria me siento más perdida. Casi todos los productos son manufacturados por un mismo fabricante cambiando sólo el color de los envases y la marca.

Esta nueva temporada de votos, listas y listos, la moda política liquida excedentes de otros años para hacer caja. ¿Quién necesita nacionalismos vascos, catalanes o españoles?: los capos y profesionales de la política, enquistados en el sistema como un cáncer de lobbies y puertas giratorias. Mis necesidades son muy básicas: empleo de calidad, salarios decentes, servicios públicos no privados, pensiones, precios justos y asequibles, impuestos sin paraísos fiscales… Creo que no difieren mucho de las necesidades de quienes me rodean a diario.

Nada de esto veo en los estantes, en los catálogos o en los pregones de los comerciantes de votos. Sólo banderas, banderas, banderas y más banderas, envueltas en celofán de algarada o envasadas en plástico de porra y tanques. Casi todos venden lo mismo, banderas, las de siempre, totalmente al margen de las necesidades básicas de la ciudadanía. Bajo las banderas, casi todos esconden los productos que nos endosarán tras la jornada electoral.

Los productos escondidos son muy parecidos en casi todos los partidos: privatización de la sanidad, la educación y la asistencia, desmantelamiento de las pensiones, reducción fiscal para los ricos, vivienda inalcanzable, vista gorda con eléctricas, agua y banca, mochila austriaca y más reforma laboral, mordaza, etc. Los programas electorales, como la propaganda, deforman la realidad, la esconden o manipulan. En ellos debiera aparecer, en lugar visible y destacado, la leyenda “Mantener fuera del alcance de los niños… y de las personas incautas”.

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4 comentarios el “Equívocos para gente incauta

  1. JCRomero dice:

    Desde antes de comenzar la campaña, entré en un periodo de reflexión que me ha llevado al pesimismo más absoluto. No estoy siguiendo la campaña, cambié el debate por la lectura, pero inevitablemente me llegan ecos que ratifican mi pesimismo: sean los resultados que sean, nos espera un lunes bastante amargo.

    Saludos

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    • Verbarte dice:

      Por ahí ando yo.

      No sigo debates, cambio de canal en cuanto sale un político y me estoy hartando de leer, de escuchar música y de escribir.

      Respecto al lunes, mi gama de percepciones abarca: malo, peligroso, perjudicial, aciago, nefasto, funesto, infausto, fastidioso, molesto y todo el campo semántico de lo negativo.

      No creo en milagros, como apóstata militante que soy.

      Iré a votar, como en las últimas cuatro ocasiones, con la nariz tapada y la papeleta que más le jode al sistema preparada.

      Salud

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  2. Aj dice:

    Ayer se vió en el debate que la ultraderecha no esconde casi nada sus productos «patrióticos» y al parecer son los que más a crecer en votos. ¿Qué está pasando?

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    • Verbarte dice:

      La derecha sin complejos de Aznar vuelve por sus fueros. Es lo que pasa cuando un edificio cambia de inquilinos y no se desratiza ni se desparasita a conciencia.

      Nos han colado el franquismo como monarquía y nos están cobrando como si el edifico fuera nuevo.

      Salud

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