¿Democracia? ¿Qué democracia?

Crisis

A mediados de los setenta, el grupo Supertramp sacó un disco mediocre con una cubierta genial y un título demoledor: ¿Crisis? ¿Qué crisis? El disco apareció dos años después de la crisis del petróleo, que sentó las bases para la entrada a saco del neoliberalismo en la economía mundial. Reagan y Thatcher destruyeron las conquistas sociales para “salir de la crisis” a base de recortes, populismo y represión. ¿Les suena la música?: es la misma partitura que han interpretado en el siglo XXI la Troica, Merkel y alumnos aventajados como Mariano Rajoy apoyado por Pedro Sánchez y Alberto Rivera.

Este país, capaz de remover sus cimientos cuando los gabachos acusaron a sus deportistas de doparse, es un país drogado, no la gente del deporte (algunos también), sino el electorado. ¿Cómo es posible que se siga votando mayoritariamente a mafiosos sin escrúpulos?, ¿a verdugos del bienestar, sean azules o naranjas?, ¿a impostores de puño y rosa? ¿Cómo es posible que una persona entregue su voto a quienes más daño le hacen? El secreto está en la droga. Sí: en un país de yonquis, se vota a quien ofrezca la dosis más adulterada.

El doping está omnipresente en la política española. Que el Partido Popular haya pagado durante décadas sus campañas electorales con dinero negro es una anécdota. Ya lo hizo el PSOE de Felipe González con el dinero del empresario alemán Friedrich Karl Flick: un millón de marcos de la época. En la comisión de investigación en el Congreso de los Diputados compareció Eberhard von Brauchitsch, representante de Flick, y Santiago Carrillo le preguntó:

– “Tengo entendido que el señor Flick fue condenado por el Tribunal de Nuremberg como criminal de guerra nazi. Y creo que usted es hijo del general que fue jefe del estado mayor de Hitler… Entonces, ¿cómo se explica que ustedes financien al PSOE?”.

Von Brauchitsch no vaciló en la respuesta:

– “Tratábamos de cerrar el paso al comunismo y el partido mejor situado para hacerlo era el PSOE”.

El fin justifica los medios y para los anales de la infamia quedó la respuesta de Felipe González, hoy justificador de la corrupción como antaño:

“No he recibido ni un duro, ni una peseta, ni de Flick ni de Flock”.

Anécdotas aparte, el verdadero doping no está en los samaritanos sin escrúpulos que compran leyes a su medida, eso es droga blanda. La droga dura es la que distribuyen y administran en letales dosis los camellos mediáticos, dura y adulterada a más no poder. No recuerdo haber vivido nunca jamás, el NO-DO queda lejos, lo que estamos viviendo desde que estalló la crisis (¿Qué crisis?). Los medios de comunicación se han apostado en las esquinas con la bragueta hinchada de papelinas que el español medio consume con ansiedad y placer.

Jamás he visto una campaña similar a la que disfrutan Ciudadanos y Alberto Rivera, partido y líder populistas donde los haya, ETA, Venezuela y poco más, para dar carpetazo al Partido Popular. No recuerdo una andanada destructiva como la desatada contra Podemos (tal vez equiparable a la padecida por Julio Anguita en su tiempo) como la orquestada desde las elecciones europeas. No ha existido tanta infamia informativa desde tiempos de Queipo de Llano, Millán-Astray, Goebbels o Fraga. Eso es droga dura nasal, bucal o en vena.

Y a los camellos mediáticos se suman los capos del narcotráfico encarnados en la patronal y la banca. Esa patronal donante/corruptora y esa banca que condona deudas a partidos, como PP, PsoE y Ciudadanos, que trabajan y legislan para ella, o legislarán a nada que tengan ocasión. ¿Que Podemos no se financia con la banca? Ahí están los camellos barriobajeros para intoxicar con Irán o Venezuela… y para callar las condenas a Inda por calumniar. ¿Que el PP es una mafia por activa o por pasiva? Lo grave es la corrupción de Monedero, Errejón o Iglesias, a pesar de que los tribunales (tercermundista justicia también dopada) lo desmientan.

¿Democracia? ¿Qué democracia?

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6 comentarios el “¿Democracia? ¿Qué democracia?

  1. Framoru dice:

    Tengo el mismo sentimiento sobre los medios intoxicadores y adormecedores de PPensamiento único. Me sorprende cómo hacen su efecto en la sociedad, en mi entorno y entre familiares. Jamás me he visto en una sociedad tan manipulada. ¿Dónde queda la democracia real y la decencia? En los totalitarismos al menos nadie se cree libre, que es lo que más duele cuando miro alrededor. La oligarquía internacional cambiará y comprará un nuevo títere cuando lo hayan quemado y se note mucho, para seguir engañando y controlando a la gente.

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    • Verbarte dice:

      Ya lo estamos comprobando.

      Al PP le han encontrado un recambio perfecto en C’s: con un programa oculto, les valen las declaraciones carroñeras sobre ETA, Cataluña, Venezuela o calquier crimen morboso.

      Al PsoE, en cambio, le ha salido un recambio que no ha salido del IBEX, que no depende de la banca y que tiene el mal gusto de devolver parte de sus escandalosas prebendas como diputados/as a la sociedad: todos en tromba (la derecha parlamentaria, la mediática, la empresarial, la financiera y la extraparlamentaria) contra esa izquierda.

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      • Framoru dice:

        Mientras los Carasucia de Mariano y los Caralimpia de Albert Rivera se enfrenta en un traspaso estratégico dirigido por los oligopolios habrá una tendencia al equilibrio y la división de las dos derechas políticas, que llevará tiempo. Es la esperanza en que llevo soñando y que hay que aprovechar. No sólo la izquierda tiene el monopolio del fraticidio insensato… ¡digo yo!

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  2. Alf dice:

    Desde luego democracia no es acatar la «legalidad vigente», como dicen algunos tertulianos , si esas leyes han emanado del seno de una corrupción política como la que estamos sufriendo.

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  3. Hanslick dice:

    A tres media, media set, RTVE,… Sí. Pero faltan otros de fuera, y ya dentro: Netflix, HBO.
    El soma y el videowall (Un mundo feliz sobre calentado en el que ya arde el papel) lubrica en apariencia todas las fricciones.

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  4. […] a través de ¿Democracia? ¿Qué democracia? — apalabrado […]

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