Fijar objetivos, señalar enemigos, pintar dianas, establecer estrategias y seleccionar métodos son el abecedario manejado por cualquier grupo para imponer su volutad cuando no dispone o renuncia a los argumentos necesarios para convencer de sus posiciones. Es el abecedario sangriento del FRAP, los GRAPO, los GAL o, recientemente, ETA en España, el abecedario criminal y universal de Al Qaeda. El terrorismo, por tradición, utiliza máscaras ideológicas para autojustificarse.
El terrorismo nunca ha obtenido resultados, digamos, ideológicos o políticos, aunque sí suele ofrecer beneficios económicos a los terroristas. La industria del secuestro, la extorsión y el chantaje ha vivido una historia paralela a la del desarrollo social. La practican las mafias, individuos aislados, terroristas y hasta algunos gobiernos. El terrorismo, también produce beneficios indirectos a quienes, ajenos a las pistolas o las bombas, han aprovechado los atentados como coartada para sus actos, beneficios electorales y hasta económicos.
La palabra terrorismo sigue vigente en el uso político y, lejos de proscribirla del diccionario cotidiano de la democracia, se sigue utilizando hoy para fijar objetivos, señalar enemigos y pintar dianas. La desaparición de ETA ha dejado huérfano al PP, tantos años exprimiendo su presencia en las urnas, y ahora señala como enemigo a todo el que le protesta. El 15 M, “personaje del año” de la revista TIME, es para el PP un grupo terrorista. Estudiantes y profesorado, médicos y pacientes, sindicatos y trabajadores son terroristas y poner un pie en la calle para quejarse es terrorismo. La PAH recibe el Premio Ciudadano Europeo y el PP no duda un instante en equipararla a ETA. EE.UU y la UE son proetarras en el imaginario pepero.
El gobierno ha secuestrado el significado de la palabra terrorismo. Ahora se preocupa por una nueva clase de terrorista que le produce miedo porque es un enemigo que convence disparando palabras. El enemigo del gobierno, de éste y de los anteriores, es el pueblo, la calle que les pide que se vayan y no hagan más daño. Los movimientos sociales han conseguido que haya demasiada gente pensando por su cuenta y ofreciendo alternativas a la política partidista que tiene secuestrada a la democracia en el zulo de los mercados.
El gobierno ya no teme al tiro en la nuca, la bomba lapa o el amosal porque se ha topado con la palabra y la razón, armas más potentes y peligrosas a las que temer. En la calle se denuncia la estafa financiera de las preferentes, los contratos hipotecarios y la deuda pública. Se denuncia la corrupción y el nepotismo. Se denuncia el robo de las empresas energéticas. Se denuncia la venta de lo público a intereses privados. Se denuncia la impunidad fiscal de las grandes fortunas. Se denuncia la evangelización de la vida pública. Se denuncia que los partidos, estos partidos que gobiernan o aspiran a ello, no representen a la ciudadanía.
Hay quien dice que manifestarse no sirve para nada, sobre todo el propio gobierno y sus medios de manipulación. La calle ha introducido en la agenda política parte de sus reivindicaciones y el gobierno ha metido en la carcel o en los juzgados a parte de los manifestantes, a pesar de lo cual cabe afirmar que es bueno el camino emprendido aunque sea señalado y tratado como terrorismo. Queda la mayor: que se vayan todos los políticos viciados y viciosos y se haga la única reforma necearia y urgente en este país, la reforma electoral.
El islamizador gobierno turco tacha de terroristas comunistas radicales y reprime con dureza brutal a quienes se quejan de su despotismo, igual que el gobierno de Rajoy. La UE ha condenado la represión policial en Turquía y Erdogan le ha recordado que no ha hecho nada diferente a lo sucedido en Nueva York, Atenas, Londres o Madrid. ¿Democracias?
No hay normas antiterroristas porque haya terroristas, sino al revés: hay terroristas porque el estado impone normas antiterroristas.
Me gustaMe gusta
Como dijeron anoche en «El intermedio», terrorismo es lo que está perpetrando este gobierno contra las personas que están siendo desahuciadas de sus hogares y condenadas a la miseria de por vida. Terrorismo es no hacer nada para evitar este drama y los suicidios que está generando de pura desesperación.
Es divertido ver cómo escuece a la caverna y a su coro de fieles perdigueros el premio europeo otorgado a la PAH. A cada crítica que vocean en contra de esta entidad, resultan más ridículos y patéticos todavía.Ya sólo les falta decir que el parlamento europeo es terrorista…
Me gustaMe gusta
Ellos y ellas son así. El pensamiento único nunca ha permitido disidencias.
Me gustaMe gusta
Y además añadiría, ¿Cómo se podría llamar el uso bestial de la fuerza contra ciudadanos desarmados?. Que se lo pregunten a la mujer que se quedó tuerta gracias a un pelotazo de goma «cortesía» de los mossos de escuadra o al niño al que estos mismos hicieron chorrear sangre durante la huelga general del marzo del año pasado,..
Me gustaMe gusta
¿Y lo que está perpetrando este gobierno viernes sí y viernes también a golpe de BOE y decretazos qué es?.
Parados sin esperanza, enfermos sin cobertura médica o en listas inacabables (ya ha habido víctimas por las medidas que han tomado para cargarse la sanidad pública), hambre, miseria, encarecimiento de las costas judiciales (para que no podamos denunciar), trabas a la educación pública (para que haya más ignorancia y poder manipular mejor). desmantelamiento del sector de las energías renovables (para que sigan inventando fuera de aquí)… ¿No podríamos llamarlo terrorismo también o algo mucho peor?.
Me gustaMe gusta
Sus actos les retratan.
Me gustaMe gusta
A pesar de la mayoría absoluta cocinada en las urnas, (no mayoría social), este es un gobierno débil, su enorme corrupción, su discurso embustero, calumnioso hacia aquellos a los que teme, los movimientos sociales. Las armas de este gobierno son la represión, la intoxicación por los medios de comunicación y el miedo, si es así y así lo creo, queda meridianamente claro quien es el terrorista.
Me gustaMe gusta
La 9 mm parabellum preferida de este gobierno es el BOE.
Me gustaMe gusta
Los Estados pueden declarar una guerra; los soldados enemigos van uniformados, son fácilmente identificable. El terror de una banda terrorista le resulta más complicado porque, salvo para los comunicados propagandísticos, tampoco llevan uniformes. Pero de todos, el que más peligroso le resulta es el ciudadano que analiza la realidad que vive y expresa sus puntos de vista. Éste ciudadano o ciudadana no tiene uniforme, ni pertenece a un lugar geográfico concreto; puede ser un trabajador de la construcción, un estudiante, un parado, una maestra de escuela, un vecino cualquiera o un primo lejano. El Gobierno entonces, incapaz de identificarlo, pone en marcha su maquinaria de propaganda y mentiras contra todos. Si los enemigos no tienen uniformes, ni rostros concretos; si actúan de manera diferente en cada caso y no tienen otras armas que la palabra y su actitud de deuncia ante los problemas; si esos ciudadanos les resulta invisibles y difíciles de identificar, entonces el Gobierno tiene un problema y reacciona atolondradamente llamando filoetarras, proetarras o terroristas a esos ciudadanos.
Me gustaMe gusta
Ciertamente, así es. Así se puede explicar el afán de los gobiernos para detectar líderes visibles como Ada Colau para descargar sobre ella toda su maquinaria inmunda. Con el 15 M no consiguieron poner cara al movimiento y han cambiado la estrategia pidiéndole que se presente a unas elecciones con listas en las que poder identificar objetivos concretos más fáciles de abatir.
Me gustaMe gusta
Ada Colau y su PAH merecen ese premio que, a mi juicio, se queda corto. Nada que objetar.
Me gustaMe gusta
Corto se queda el premio y cortos los premiados.
Me gustaMe gusta
Empezó el de educación tachando a padres, alumnos y profesores de radicales antisistema, y ahora da un paso más, ahora somos terroristas, si porque soy padre y profesor y me quejo de lo que está haciendo un gobierno apoyado por un partido que mintió a los españoles y los ningunea a falta al respeto más absoluto a casi todos los ciudadanos, incluidos a los que le votaron (las excepciones ya son de sobra conocidas).
Me gustaMe gusta
Lo del PP es acoso coral sistematizado. Se turnan la palabra terrorismo entre ministros, altos cargos, corruptos y militantes con una disciplina marcial impecable. Cada día hay algún corrupto, alguna manipuladora, algunos usurpadores llamando terrorista a cualquier ciudadano que proteste, a cualquier ciudadana que piense diferente.
Y luego está la legión mediática de personajes avasalladores y goebbelianos que redondean la faena de hacernos creer que la ciudadanía es culpable hasta que demuestre lo contrario, pagando las correspondientes tasas, claro.
Lo dicho, esto se les está yendo de las manos y cada vez es más dudoso que vivamos en democracia. Yo, en tu lugar, me cuidaría mucho, pues estás marcado como terrorista doble y, además, propagador del terrorismo.
Me gustaMe gusta
Herejes, anarquistas, comunistas, terroristas… señuelos con que aturdir a la ‘buena gente’; a la ‘mala’ no la engañan.
Me gustaMe gusta