La reforma divina de Wert

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El ministro de educación ha puesto la primera piedra para mejorar la enseñanza propinando una pedrada muy certera en la zona frontal del cráneo social, justo a la altura del pensamiento crítico. Ha tirado la piedra sin esconder la mano, orgulloso del servicio prestado a su dios, a su patria y a su rey, como un auténtico legionario María, un guerrillero de Cristo Rey del siglo XXI. El ministro, consciente de las evidentes deficiencias del sistema educativo, ha perpetrado su reforma, la séptima en 37 años, para ¿mejorarla? de forma sosegada, meditada y dialogada como nunca se había hecho, según sus propias palabras, arreando así otra pedrada, esta vez a la inteligencia.

Atento a la diversidad y al pluralismo, Wert vuelve a centralizar los contenidos de las materias troncales en un único y recoleto despacho de Madrid, un minarete desde el que un reducido grupo de muecines llamarán a la oración y evitarán que dos más dos sean cinco o que el Ebro pase por Badajoz. Los almuédanos evaluarán al alumnado para comprobar que toda España se sabe, por orden genealógico, la dinastía de los Borbones o es capaz de calcular a qué hora aterrizará en el aeropuerto de Castellón un vuelo de Ryanair, cargado de emigrantes españoles, que partió de Londres a las 13 p.m.

El conocimiento debe ser una nave adecuada a la movilidad exterior. La Formación Profesional a los quince años será la nao capitana de la juventud, un cayuco a los ojos un ministro que hubiera preferido adelantarla a los seis o siete años y convertirla en una fragata ganadora en el océano de la competitividad. Una lástima que no lo haya hecho y que nuestras empresas tengan que seguir sacando su producción a Bangladesh o Taiwan, verdaderos portaaviones del mercado donde las prácticas profesionales comienzan al final del periodo de lactancia. ¿Para qué perder el tiempo estudiando lengua, matemáticas o literatura que nada aportan a la economía?

Ya era hora de que alguien cogiera el toro por los cuernos y diera la puntilla al desmadre de los malos estudiantes. Se acabaron los suspensos reincidentes y los cursos sin repetición. Ya era hora. Con la ley Wert, los malos estudiantes serán marcados con suspensos y cursos repetidos. El problema parece ser un título mal expedido, no las causas que llevan al fracaso de un alumnado desmotivado, de un sistema apedreado en cada cambio de gobierno y de un profesorado acosado por padres, políticos y opinadores.

El gobierno que ha recortado más de 5.000 millones en educación desde que llegó al poder quiere mejorar la calidad educativa aumentando las ratios en las aulas, sobrecargando de tareas al profesorado y minorando los medios técnicos y materiales de los colegios. Toda una apuesta para demostrar que la educación pública no es sostenible y facilitar su privatización, priorizando las ofertas de colegios para niños y colegios para niñas, como dios manda.

La ley Wert ha acabado con el adoctrinamiento en las aulas. Se acabó la Educación para la Ciudadanía. Ha llegado la hora de la única y verdadera doctrina, la doctrina católica, apostólica, romana, neoliberal y falangista de las JONS, para más señas. España se equipara desde hoy a los estados teocráticos donde se legisla y se adoctrina desde las creencias religiosas, donde el pecado adquiere rango de delito y donde las sagradas escrituras tienen predicamento constitucional. Y todavía queda la sura de Gallardón. El único diálogo mantenido por este gobierno ha sido con Merkel, Rosell y Rouco. Para el pueblo, plasma y pensamiento único bien adoctrinado desde la infancia.

La nota en religión vale para conseguir una beca. El profesorado de religión podrá dejar sin beca a hijos de gays o lesbianas, a niñas con la falda por encima de la rodilla o a quienes no pasen el domingo por el confesionario. El alumnado compensará su desconocimiento de la ley de Newton con el teorema de la Santísma Trinidad, el análisis de un soneto de Quevedo equivaldrá al recitado del Padrenuestro y las carencias de la tabla periódica se suplirán con el misterio de la conversión del agua en vino. Por fín se enseñará científicamente que Darwin se equivocó, que los hijos nacen en el costillar femenino, que la mujer es el origen de todo mal y que una familia la componen una mujer virgen, un hombre con oficio y una paloma.

España habrá echado a perder la generación mejor preparada de su historia, pero tiene garantizada la generación más devota de Europa. Si alguien no lo remedia pronto.

19 comentarios el “La reforma divina de Wert

  1. […] del  gin tonic para sus señorías? ¿Cómo llamar a un país que permanece impávido cuando el Gobierno pretende retroceder al pasado o cuando el Presidente dice que su palabra es una mierda porque diga lo diga hará siempre lo que […]

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  2. Juan Salgado dice:

    El artículo además está lleno de viejos tópicos convertidos en prejuicios sobre cómo evaluarán los profesores de religión. En mi instituto hay niñas que van con faldas largas, otras con faldas cortas, niños que llevan pendiente, otros con tatuajes, otros rubios, otros morenos, otros altos… y a ninguno se le aprueba o suspende por su forma de vestir. En definitiva vamos a comenzar a exigir un poco más a los alumnos y la LOMCE parece un buen pasito para ello. Es cierto que no ataca la raíz de muchos problemas pero no deja de ser un primer pasito.

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    • Verbarte dice:

      Pues nada, que usted disfrute la LOMCE. No está obligado a ver las cosas de manera distinta a como usted las ve.

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      • Juan Salgado dice:

        Evidentemente no. De todas formas me gustaría saber qué otras alternativas se proponen. Porque lo que hay está claro que no funciona. Es más es un desastre y hay que camibarlo sí o sí. Para mí debe haber un 3 curso de bachillerato cuanto antes mejor, Los alumnos en 3º de la ESO ya tienen que elegir si van a hacer bachillerato o bien un ciclo aunque luego podrán elegir la opción contraria. Exigiría que lo alumnos que vayan a estudiar PDC vuelvan a tenir un perfil muy determinado en el que el comportamiento y la voluntad de estudiar sean primordiales. Estos alumnos son separados de los demás en las clases de matemáticas o lengua pero no en inglés. Este hecho me parece absurdo porque si no se les supone al nivel que el resto de alumnos en lengua o matemáticas en inglés siempre irán muy por debajo de los demás. En ningún caso se debería pasar de curso con más de dos asignaturas suspensas sean las que sean. En 2 de ESO y en 2º de bachillerato sólo se dan 3 horas de inglés a la semana. Aumentaría esas horas a 4 como mínimo. Apostaría también por más horas de educación física. Los alumnos podrán reclamar sus notas pero sólo para que sus exámenes sean corregidos por el departamento correspondiente y lo que estime el departamento será considerado como algo inamovible. La inspección no entrará nunca a juzgar las notas que ya ha puesto un profesor. En las horas en las que los profesores no tengan ni clases, ni guardia, es decir horas tipo PAO, jefatura de departamento o preparación de tutorías, los profesores podrán salir del instituto siempre que quieran sin ningún tipo de problemas. Lo mismo que hacne en el instituto lo pueden hacer en su casa y si no tienen nada que hacer pues que salgan que no hay nada malo en eso. La inspección educativa tendría un carácter de apoyo, serviría para aconsejar cuando se les necesite y basarían sus consejos en experiencias vistas en otros centros. La autoridad del profesor debe volver a las aulas. Su palabra tiene que prevalecer siempre sobre la de los alumnos. No veo mal que las evalucaciones sean externas porque ya sabemos lo que ocurre con las pruebas de diagnóstico. En definitiva muchas cosas tienen que cambiar.

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  3. Magnífico artículo, escrito con la valentía y el estilo del buen hacer periodístico. Si en los medios de masas se publicaran textos como este, quizá, osariamos opinar con rigor y tener un criterio, antes de «tragar a ciegas». Enhorabuena apalabrado!. Comparto.

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  4. Juan Salgado dice:

    Y dale ahora con la cantinela de que van a cerrar centros públicos. Los padres tenemos que tener el derecho de elegir la educación que queremos para nuestros hijos. Quiero poder elegir si mandarlos a un colegio público o a uno concertado. Insisto NO es obligatorio dar religión no podemos vender otra cosa porque es faltar a la verdad. Se dice también que no se debe separar a los alumnos a una edad que tengan claro si quieren estudiar bachillerato o un ciclo. La realidad es que muchos no lo tienen claro nunca. Es más alumnos de 2 de bachillerato están en ciencias o letras porque sus amigos eligieron esa opción. Otros están a punto de hacer selecitividad y no tienen ni idea de lo que quieren estudiar en unos meses. Los equipos educativos saben perfectamente qué alumnos pueden ir a bachillerato y qué alumnos no están capacitados para eso. Aún así la última palabra siempre la tendrá el alumno con sus padres.

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    • Verbarte dice:

      Al tiempo. Los padres tienen derecho a elegir el tipo de educación que quieren para sus hijos y a abonar la factura cuando la opción responde a un tipo de escuela privada con idearios privados y criterios de admisión y exclusión privados. Lo que NO debería ser obligatorio es impartir la religión en colegios públicos, en horario escolar, por profesorado elegido privadamente y pagado con dinero público. Hasta aquí la cuestión ideológica y adoctrinadora que impone el ministro Wert.

      Si los equipos educativos detectan a tiempo el pulso individual de cada estudiante y no son capaces de canalizarlo adecuadamente porque son los padres y el propio alumnado quienes toman decisiones sin tener en cuenta la opinión de los profesionales, estamos hablando de fracaso social más que de fracaso escolar.

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    • El problema es que seguimos contemplando la educación académica como un centro productivo donde los alumnos deben ofrecer unos resultados mínimos. Da igual las reformas que se hagan por parte del gobierno de turno; no son más que parches inútiles. Ésta tiene el añadido de hacerse desde una ideología reaccionaria, ultracatólica y ultranacionalista (española). Pero la reforma que necesita la educación es mucho más profunda, y requiere de la voluntad de todos los actores implicados. Lo principal, desde mi punto de vista, sería tener de una vez en cuenta la opinión de los estudiantes; pensar en su buen desarrollo humano, no en que se desarrollen para lo que requiere el sistema de ellos. ¿Por qué todos los alumnos tienen que estudiar lo mismo en base a unos estándares que nunca nos hemos cuestionado que no sean lo que necesitan como personas? ¿Por qué no se potencian las aptitudes de los chavales desde la escuela? Les cortamos las alas demasiado pronto, a menudo desde el propio entorno familiar, y eso condena a muchos a una existencia mediocre, que, por cierto, es lo que le viene bien al sistema socioeconómico en el que estamos atrapados. ¿No se podrían formar cocineros, bailarines, botánicos, actores y, por qué no, payasos (de los que hacen reír a conciencia) en la escuela? ¿O es que pretendemos que todos sean matemáticos, físicos, informáticos o abogados? La escuela actual es gris, cada vez más, y a los alumnos la cara se les va tornando gris porque odian o pasan olímpicamente de lo que les enseñan. No podemos permitirnos el lujo de seguir arrojando generaciones de jóvenes al abismo de la insatisfacción, de la mediocridad, del hastío. Saludos.

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      • Verbarte dice:

        Es el entorno familiar una de las claves para que el sistema educativo funcione. La educación de los hijos se confía desde los primeros años de vida a los canguros electrónicos y a la televisión. Los hijos, pasados los dos/tres años, suelen convertirse en una molestia doméstica y cotidiana que la escuela se encarga de aliviar desde los tres años. Muy pocos padres tienen conciencia de que la educación y la formación son una emergencia social que debe implicar a todos los sectores, empezando por el propio entorno familiar. La escuela, durante la etapa primaria y secundaria proporciona unas herramientas básicas para el manejo personal y social de las personas. A esas edades, las familias suelen cargar las agendas de sus hijos de actividades extraescolares con la sana intención de complementar la educación reglada y, de paso, aliviar sus propias agendas. Llama la atención que estas actividades extraescolares suelen contemplar disciplinas como la música, la pintura, el teatro, la informática y otras variedades, destacando abrumadoramente las prácticas deportivas y, sobre todo, el fútbol (quizás un reflejo fiel de la sociedad que tenemos).

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  5. Miguel Sempere dice:

    Pienso que si se da religión en los institutos habrá que evaluarla como una asignatura más. Otra cosa es que se deba dar religión en las aulas. A mí la idea de separar a los alumnos que quieren estudiar bachillerato de los que quieren hacer un ciclo me parece perfecta. Hay una serie de asignaturas troncales que serán comunes en toda España. Estas dos medidas las estamos reclamando los profesores desde hace mucho tiempo. Lo peor de la LOMCE es que no va a modificar mucho la enseñanza primaria que es quizá la raíz de muchos de los problemas que luego encontramos en secundaria.

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    • Verbarte dice:

      La religión debe darse en las parroquias, pero así no se garantiza la iglesia católica una asistencia tan masiva de «fieles». Se puede y debe separar al alumnado de bachillerato y el de ciclos a una edad que tengan las cosas claras y no ofrecer la formación profesional como alternativa a la enseñanza basada en el estudio de unas asignaturas troncales que ya son comunes en toda España desde hace décadas y que exigen más destrezas intelectuales que manuales. De la enseñanza primaria no se preocupe, que con el tiempo cambiará. Tenga paciencia y espere a ver cómo florecen centros concertados por toda la geografía nacional para suplir los centros públicos que se irán cerrando.

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  6. Juan Salgado dice:

    ES curioso pero para criticar a la LOMCE se tira de chistes malos, de intentos mal conseguidos de ironía… La mayoría de la crítica se basa en el hecho de que la asignatura de religión hará media con el resto de asignaturas. Siempre se olvida decir que NO es obligatorio cursar la asignatura de religión. Los gobiernos socialistas han legislado 6 leyes educativas y siempre hemos ido a peor. No pasa nada por pedir a los alumnos un poco más de esfuerzo.

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    • Verbarte dice:

      Ojalá fuese un chiste o una ironía que la religión haga media con el conocimiento. Todas las reformas han fracasado por un denominador común: han sido impuestas sin contar con expertos ni profesionales, con criterios más políticos que pedagógicos. La LOMCE añade el criterio único de la gratitud y entrega a una Conferencia Episcopal que está legislando en este país a sus anchas.

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  7. Insuperable análisis. De lo mejor que he leído desde que navego por esta blogosfera de Dios…

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  8. John Lessone dice:

    Vergonzoso y triste a partes iguales. Me vienen a la mente postales bucólicas de niños desnutridos que son educados con paciencia, amor y ternura en mitad de la selva…por sacerdotes.

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  9. Me ha gustado. Comparto.

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  10. José luis dice:

    Excelente blog, triste realidad. Lo compartí en Facebook.

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