Carlos Floriano ha tomado el relevo en los púlpitos. Desactivada Cospedal, tras dislocarse la lengua en diferido, retirado González Pons, tras quedar la suya en Palma da, y callado Rajoy, tras el plasma escondido, ha sido Carlos Floriano quien ha sacado su lengua a pasear y ha oficiado, en la misa extremeña de su partido, de sermonero mayor, luz de Trento, espada de Roma y martillo de herejes. En su homilía, ha puesto al descubierto y señalado con florido verbo al mismísimo diablo para goce, placer y éxtasis de la parroquia pepera.
Las calles de España, según Floriano, huelen a azufre, sus plazas son frecuentadas por gente con cuernos y rabo y en muchos de sus hogares el ajuar cotidiano lo componen hoces y martillos. Estén tranquilos sus fieles: ahí está el apóstol y toda la corte celestial de gaviotas, algunas con castiza mantilla, para combatir a la reencarnación de Lucifer con barba cubana, lentes trotskistas y kufiyya palestina que ha poseído a España. Luzbel se ha rebelado contra el dios hipotecario, poco menos que incendiando coches oficiales, dinamitando hogares y asesinando a hijos de diputados, según el argumentario de la FAES.
Para el PP, la gente tiene derecho a votar, a callar y a rezar cuando el gobierno legisla y actúa pensando en quienes no lo han votado, es decir, la banca o la iglesia. El pueblo tiene derecho a guardar silencio: todas sus protestas son utilizadas en su contra, como en su contra están siendo utilizados también sus votos. El pueblo, en lugar de opinar de manera violenta y cruel, debe ser piadosamente cristiano y, cuando le vacian uno, ofrecer el otro bolsillo, como dios manda. Los españoles tienen el derecho y el deber de aliviar su pecado hipotecario rezando a cualquier santo.
Recrimina el padre Floriano que casi un millón y medio de votantes participen en la democracia mediante una ILP que su gobierno ha descafeinado para proteger el negocio bancario. Han sido los violentos radicales de este país quienes han forzado el debate sobre los desahucios que ahora el PP presenta como logro propio. Zapatero nunca dijo nada al respecto, Aznar tampoco, Felipe González tampoco y ningún político en el poder o desde la oposición. Todos pasaron, de puntillas y en silencio, sobre éste y otros muchos asuntos dando la espalda a los votantes.
Decir que casi once millones de españoles defienden el proyecto del PP es pecaminoso, tanto como despreciar y echar atrás leyes promulgadas por un gobierno mediocre que obtuvo 11.026.163 votos en 2004. Eran tiempos en que la derecha moderada, pacífica y ejemplar de este país practicaba el escrache. Azuzada por obispos y postfranquistas, llamó criminal y asesino incluso al mismísimo presidente del gobierno, unas veces en presencia de obispos y sacerdotes provida, otras en presencia del cazador de elefantes ataviado de comandante en jefe de los ejércitos. Y no pasó nada. Nadie se rasgó las vestiduras ni llamó a guerra santa.
No hay punto de comparación entre el violento y radical escrache perroflauta de hoy y el escrache fashion de sotanas, gomina y Louis Vuitton que practicaba la civilizada y pacífica derecha hace unos años. ¿Es derecha radical, fascista y violenta la que, este mismo fin de semana, ha rodeado el Ministerio de Justicia insultando gravemente a Gallardón? ¿O es simple y llanamente ciudadanía descontenta ejerciendo su constitucional derecho al pataleo? Está claro que el objetivo de Floriano y del PP es exorcizar España y para ello utilizan, goebbelianamente, sus lenguas como hisopos mojados en gasolina.
Se ajustan a la medida del predicador Floriano los versos de Góngora:
Cura que en la vecindad
vive con desenvoltura,
¿para qué llamarle cura
si es la misma enfermedad?
Quizás la gente no alzaría tanto la voz si se le prestase un mínimo de atención, si se la escuchara. Haya paz, hermano Floriano, contenga su violencia verbal. Y haya PAH.
Lo vergonzoso de la situación actual, no es que el hijo de un senador vea la realidad (cosa que a lo mejor le sirve como experiencia vital y poder salir de la jaula de cristal en la que muy probablemente estará feliz pero ignorante) sino que otros cientos de miles de niños de este país tienen que ver, sufrir y soportar como son expulsados de sus casas y como se destruye su vida recién iniciada al ser condenados prácticamente a la mendicidad y a la exclusión social. http://diario-de-un-ateo.blogspot.com.es/2013/04/felipe-gonzalez-los-escraches-y-la.html
Me gustaMe gusta
Y sin embargo, el sermón de Floriano, los insultos de Cifuentes y la labor propagandistas de los palmeros de la derecha comienza a dar sus resultados. Según El País mengua el fuerte apoyo inicial a los escraches hasta quedar en el 78%. En todo caso, para retroceso el del bipartidismo que según las últimas encuestan, PP y PSOE no llegan al 50%.
Me gustaMe gusta
No debemos ir tan desencaminados los que apoyamos a la PAH cuando tanto les escuece, tanto les preocupa y tanto están intentando neutralizarla con actitudes, que rayan la histeria.
Estos «demócratas» de tres al cuarto, fieles servidores y marionetas de los poderes fácticos que realmente gobiernan este país, temen a la iniciativa popular porque ponen al descubierto todas sus impúdicas carencias y desvergüenzas.
Desgraciadamente en este país, el pueblo ha sido aplastado en demasiadas ocasiones por quienes no tenían la razón sino la fuerza bruta.
¡Ojalá que en esta ocasión la razón siga del lado de quienes realmente la tienen!. ¡Ojalá despertemos tod@s porque si no nos quedará nada que defender!.
Me gustaMe gusta
BUENISIMO COMO SIEMPRE
Me gustaMe gusta