La Marca (registrada) España.

El gobierno ha creado la figura de Alto Comisionado para la Marca España, ahí es nada, y ha puesto en el cargo a Carlos Espinosa de los Monteros, vicepresidente de INDITEX, consejero de ACCIONA y presidente de la Mutua Fraternidad Muprespa. Como se puede ver, ha sacado del paro a una persona joven e independiente, que contará con una oficina propia y un director de la misma, para promover medidas encaminadas a mejorar la imagen exterior de España. Trabajo no le va a faltar si quiere llevar a buen puerto sus tareas.

La primera actuación en cualquier cambio o mejora de la imagen exterior consiste en eliminar los desconchones y los elementos estructurales que deterioran el aspecto y dificultan la aplicación de maquillajes y ornamentos. Si no se eliminan los granos faciales, por ejemplo, difícilmente se podrá aplicar la crema base de manera efectiva; si no se recortan y uniforman las greñas, difícilmente se podrá cardar y moldear el pelo para presentar un peinado decente; si no se elimina la camisa vieja, difícilmente se podrán conjuntar la nueva falda y la chaqueta de esteno. Ardua tarea le espera al alto comisionado para limpiar los restos del pasado que afean el presente de la fachada patria.

La mejora de la Marca España pasa, se quiera o no, por su actualización y su encaje en la modernidad del entorno que la observa diariamente. Para ello es imprescindible desprenderse de los clichés y los tópicos que lastran nuestra cultura y nuestra historia. Hecho esto, se podrán aplicar propuestas de modernización que induzcan a consumir España sin riesgo de acusaciones por publicidad engañosa. Es aquí donde radica el éxito o el fracaso de la empresa que tiene por delante.

La cultura española es altamente apreciada en el mundo. Históricamente las artes y las letras hispanas han gozado de una fecundidad, en cantidad y clalidad, inaudita que nos ha llevado a ser aclamados, leídos, escuchados y observados por todo el mundo. Incluir en este epígrafe episodios de dudosa culturalidad como la fiesta de los toros o la carnicería sin sentido del toro de la vega no ayuda a ofrecer de forma creíble la imagen de modernidad que el mundo espera de este país. Una minoría de extranjeros siente curiosidad por estas manifestaciones mientras una mayoría expresa su repulsa o desconcierto al respecto.

El tópico de la inquisición y la quema de brujas en la hoguera funciona negativamente en la imagen de España. Poco ayudan en el exterior episodios como el acoso al matrimonio homosexual, que ha marcado tendencia global incluso en EE.UU., o la desfenetración de profesionales de RTVE centrados en la información y no en la propaganda. La modernidad de un país la propicia su capacidad para luchar por las libertades civiles y no el conservadurismo carpetovetónico que lo ata al pasado más reaccionario.

Otro tópico que nos lastra históricamente es el de la picaresca y los rufianescos episodios de gentes que buscan y consiguen vivir a costa de lo burlado a los demás. Esta tradición española vuelve a vivir un nuevo Siglo de Oro bajo las enaguas de los profesionales de la política y de la mismísima Casa Real que han practicado la corrupción mostrándose como ejemplo a un pueblo que maneja como pocos las facturas sin IVA, utiliza la contabilidad trucada y practica el engaño a Hacienda como deporte nacional. La justicia se hace cómplice de estas prácticas por su tardanza y su doble vara de medir cuando se aplica a las castas asentadas en los poderes o al pueblo llano.

También cuelga sobre la imagen de España el sambenito de la juerga y el ocio continuos y la siesta imperdonable a cualquier hora del día. A la ola de parques temáticos nada rentables y costosos eventos lúdicos padecida en la década de los 90, ahora se suma el tsunami de Eurovegas y Barcelona World que no ayuda nada a ofrecer una imagen de país emprendedor serio y competitivo en industria o servicios. España duerme una siesta continua atornillada a los sillones delante del televisor y sólo despierta para embriagarse con los triunfos futboleros y con el alcohol que forma parte de nuestra cultura desde la infancia. Poca gente despierta y abandona el sofá para defender sus derechos recortados o reivindicar su protagonismo ciudadano.

Hay más rémoras en nuestras señas de identidad que el alto comisionado debería sanear. Con este gobierno que le ha nombrado para ello lo va a tener difícil, por no decir imposible, ya que el PP del siglo XXI está empeñado en recuperar antiguos esplendores, incluida una ficticia unidad de España impuesta a golpe de españolismo rancio, miedos a los fantasmas del pasado y recuperación a ultranza de las dos españas. Eliminar representatividad en parlamentos y ayuntamientos es el camino que ha elegido para salir de la pluralidad democrática que vivimos hoy.

La Marca España acabará siendo una máscara mal aplicada sobre el rostro en la que los desconchones prevalecerán sobre cualquier maquillaje que se le aplique.

3 comentarios el “La Marca (registrada) España.

  1. Rul dice:

    Totalmente de acuerdo con lo expuesto. Esto es Españistán, sin un cambio profundo de mentalidad, nos esperan décadas deambulando y siendo el hazme reír de nuestros vecinos europeos. Veo muy difícil que se produzca este cambio de mentalidad, ya que para ello se necesita apostar por una educación de calidad, lo cuál no parece interesar a los políticos que nos desgobiernan. Ya sabes, gente inculta y poco formada es más fácil de domar y manipular…

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  2. Angarrub dice:

    La marca de un pueblo la dejan sus gentes y sus gobernantes. Responde a una manera de ser, a una filosofía de vida, y esto difícilmente se puede «manipular»… ni siquiera con todo el oro del mundo. Son muchas, demasíadas las «pinceladas» , luces y sombras, y también las chapuzas que han ido marcando a fuego una manera de ser, una imagen, una marca que nos costará infinito sacarnos de encima. Es más, visto el «esfuerzo» diario de quienes nos gobiernan (que alguna responsabilidad tendrán también en ese empeño), remando a diario en dirección contraria a la que nos prometían/machacaban hace tan sólo unos meses, cuando eran oposición, soy también de los que piensan que los desconchones van a prevalecer sobre cualquier maquillaje que se le aplique. Es uno de los inconvenientes que tiene el decir lo contrario de lo que se piensa… y es que al final no te creen ni en tu propia casa…
    Como para intentar «convencer» a los demás!

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