Los misterios de Fátima (Báñez).

Cuando la realidad se ensombrece como en los aciagos tiempos que vivimos, son recurrentes las explicaciones a lo que sucede basadas en misterios y prodigios, más digeribles por el pueblo que las sinrazones y los desvaríos que nos gobiernan.

Los misterios de Fátima Báñez compiten hoy día con los de su tocaya portuguesa, de la que se diferencia básicamente en la faceta virginal (supongo). El primer misterio de Fátima B es cómo ha conseguido plantarse en los 45 años viviendo con una comodidad insultante sin que se le conozca actividad laboral alguna alejada de la política y llegar, sin embargo, a ser ministra de trabajo. Quizás en el propio misterio esté la respuesta si consideramos que la política se ha convertido en este país en un medio de vida para demasiada gente que no sirve a la sociedad sino a sus propios intereses.

Otro misterio de Fátima B es adivinar cómo se conjuga la disminución del paro a la vez que se facilita el despido de los trabajadores. Tal vez el pueblo no comprenda, llevado por un agnosticismo pertinaz, que la fe inquebrantable en el poder celestial es muy superior a la lógica empresarial y del mercado y que, por eso, la ayuda implorada a su paisana la virgen del Rocío sea la panacea militante del pleno empleo y la salida de la crisis. En este sentido, ha creado escuela dentro de su partido y este verano hemos asistido incrédulos a ruegos y oraciones de medio PP a patrones y patronas en todos los rincones de España para que iluminen al gobierno en su empeño de socorrer a los pobres sin molestar a los ricos. Un milagro imposible incluso para su dios todopoderoso.

Un misterio más de Fátima B es contemplar cómo es una mujer de su tiempo que concilia a las mil maravillas su vida laboral y familiar, llegando al punto de que sus hijos dedican su ocio a jugar con el tamagotchi que el Congreso regaló a mamá, pagado con el dinero de todos los españoles, y consiguen 5.390 puntos en Bubble Shooter. Como madre entregada, también ha creado escuela en el PP y sus hijos compiten en las redes sociales con los de Gabriel Elorriaga, José Antonio Monago y otros muchos que prestan sus juguetes públicos a sus hijos sin la debida supervisión paterna para que no se conviertan en ludópatas o caigan en manos de proxenetas cibernéticos.

El último misterio que nos ha ofrecido Fátima B ha sido la explicación dada al atraco moral perpetrado por su gobierno a cuenta del PROTEJA. Dice la ministra que es injusto que una familia cuyos cónyuges cobran 8.000 € al mes de forma conjunta (esto sí que es un milagro) disfrute del derecho adquirido, como personas físicas, por sus hijos mediante su trabajo y sus cotizaciones sociales. El ejemplo puesto por Fátima es revelador de su profundo desconocimiento de la vida cotidiana del español medio y de la fe ciega que tiene en el argumentario de la FAES. El PROTEJA que ella y su gobierno protegen es una muestra más de caridad, beneficiencia y limosna exento por ahora de la partida de bautismo o el certificado de buena conducta como requisitos indispensables para acceder a él.

Debiera saber Fátima, por el entorno que la rodea, que una familia opulenta como la que retrata sólo es imaginable en un matrimonio de profesionales ligados al erario público y no es imaginable que los hijos de estas familias estén distraídos con trabajos remunerados con 1.000 € al mes, sino disfrutando de sus estudios en universidades privadas y segregadas por sexo a ser posible. En el caso de que estos descendientes, los únicos españoles que pueden permitírselo, hayan cursado ya dos grados, tres másters y un postgrado en Yale, seguramente estarán trabajando para el partido, alejados de la incertidumbre laboral a la que sus progenitores condenan al resto de sus compatriotas. No tiene más que mirar dónde se mueven los hijos de Aguirre y otros próceres populares y socialistas.

Fátima B, enredada en los circunloquios verbales que usa su partido para mentir y manipular, no es consciente del daño que provocan sus palabras y sus actos. No es que sea analfabeta, no, es sencillamente que comulga a muerte con el ideario de su partido y no le duelen prendas a la hora de hacer el ridículo públicamente.

Fátima B, al igual que Montoro, son dos ejemplos de andaluces atípicos que, renunciando a sus orígenes, han adquirido la nacionalidad genovesa para salvaguardar sus mezquinos intereses.

Un comentario el “Los misterios de Fátima (Báñez).

  1. aj dice:

    Sin temor a equivocarme (aunque con frecuencia yerro), digo y proclamo a los cuatro vientos que Verbarte es, hoy por hoy, una de las personas más completas que opinan en el solar patrio. Creo que supera ampliamente a muchos de los columnistas que en la actualidad publican en las primeras o en las últimas páginas de los principales periódicos españoles. Este artículo, como otros que nos viene regalando, es difícilmente superable.

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