Es impresionante la capacidad del presidente del reino de España para presentar como triunfos las desgracias del país que gobierna desde la mentira, el silencio y la manipulación -al parecer es un triunfo que Campechano I haya abdicado en favor del FMI y del Eurogrupo-, y que lo haga como triunfo propio, obviando que Hollande y Obama hayan enmendado la plana a su admirada Merkel proponiendo los eurobonos y la inversión como alternativas a los recortes, recortes y más recortes del neoliberalismo.
Impresiona asimismo su machacona insistencia en que había que haberlo hecho antes. Antes incluso de que se conociese la estafa de Bankia por parte de su mentor económico Rato o el camuflaje del déficit público por parte de sus comunidades autónomas emblemáticas. Zapatero, en vías de convertirse en gran estadista comparado con Mariano, hizo una reforma financiera pecando de no prever que los buques insignia del PP eran pateras conducidas por patrones protegidos del PP y se tragó las cuentas falseadas de, entre otros, su enemiga y enemiga de todos Aguirre.
Mariano da la vuelta a la tortilla para proclamar que son los bancos quienes deben responder a un préstamo que firma y avala el estado (perdón, el reino, que quede claro) español y que no repercutirá en el pueblo. Don Mariano: como todos los avalistas, el estado debe responder en caso de incumplimiento por parte de esa caterva de gánsters que nos roban a diario con comisiones vergonzantes, mantenimientos de cuentas delictivos, uso de las tarjetas con sisa o suelos hipotecarios leoninos. Pero, es más, en el mejor de los casos es el pueblo español quien sufrirá en sus carnes la inclusión como déficit público en las finanzas del estado esos intereses «inmejorables» con que nos acaban de secuestrar (rescatar) vía subida de impuestos, recortes a los funcionarios, devaluación de pensiones, endurecimiento casi criminal de las prestaciones por desempleo o privatizaciones de servicios e infraestructuras públicas.
Va don Mariano y se permite el lujo de soltarnos la mentira de que, lejos de recibir presiones, ha sido él, el poderoso, quien ha presionado. Debe pensar que España sigue siendo el yermo inculto y analfabeto de los años dorados del franquismo al que su «querida» Aguirre y su indescriptible Wert quieren hacernos volver vía recortes injustificados y desprecio indecente hacia la educación pública. Don Mariano: a España llega internet y muchos españoles hemos aprendido idiomas que nos permiten contrastar con la prensa internacional lo que ABC, La Razón, El Mundo y todos los medios de extrema derecha que le ríen sus gracias y le imponen muchas de sus mentiras, tratan de presentarnos como periodismo.
Para finalizar, es de vergüenza que usted se permita el lujo de coger un avión para ir y otro para volver del fútbol en un momento en que usted ha solucionado «sus problemas» agudizando y empeorando los problemas de sus gobernados. Usted se va al fútbol costeado por todos los españoles y, encima, se permite quejarse de no poder ver el tenis. Se comprende que tenga usted tanto tiempo, en vista de que nunca da la cara o, cuando la da, lo hace deprisa y mintiendo. Para eso, casi es preferible su silencio.
Es de esperar que no reclame para sí y para su partido las victorias de la selección.
No vaya al fútbol, por favor; y si va, hágalo con modestia, con discreción y con su dinero; y hágalo cuando el resto de los españoles podamos disfrutarlo sin temor a que usted y los suyos sigan jodiéndonos con esa herencia que le está preparando a nuestros hijos, nietos, bisnietos…